Liverpool y Manchester eran al principio dos feudos relativamente pequeños que se fusionaron en los 70, cuando el cada vez mayor crecimiento urbano indicó que las fronteras entre ambos dominios podían volverse borrosas. En su día la modificación de la Praxis se vio como un gran logro político, pero entre bastidores el nuevo régimen estaba obstaculizado por la fricción entre dos cuerpos de gobierno que ahora trataban de trabajar juntos. Anarquistas del norte de Reino Unido acudieron a la ciudad para explotar los conflictos internos e intentaron obtener influencia en ámbitos en los que los Antiguos, antes atrincherados, habían entrado en conflicto repentinamente entre ellos. No obstante, los Anarquistas no eran suficientes para aplicar la presión necesaria para generar un cambio efectivo o tomar el control. El Movimiento necesitaba la ayuda de sus dominios hermanos del sur, pero éstos estaban ocupados con su propia lucha.
Las ciudades dormitorio construidas en los 60 y 70 (Welwyn Garden City, Milton Keynes, etc.) habían sido ocupadas por el Movimiento al ser territorios en los que antes no había habido suficiente población urbana como para sostener la presencia vampírica. Sin embargo, al ver su importancia táctica como un valioso territorio que Londres había pasado por alto, el Sabbat hacía periódicamente incursiones en estos nuevos dominios y expulsaba a la población Anarquista residente, que había sido previamente desterrada a las urbanizaciones periféricas, consideradas Yermos. Al ver los apuros de sus hermanos del sur, los Anarquistas de Liverpool y Manchester, como Vincent Mora, abrieron sus puertas, ofreciendo un nuevo hogar. Los Anarquistas, desplazados rápidamente, aceptaron la invitación. Una vez la migración tuvo lugar, la población Anarquista superó a la Camarilla. Invirtiendo el curso de los hechos acaecidos en la Coste Este de Estados Unidos cuando la Camarilla desembarcó por primera vez allí, la superior fuerza Anarquista se dirigió a la Camarilla y declaró abiertamente que el dominio no era lo bastante grande para ambos. Enfrentado a un enemigo más fuerte y con problemas internos que resolver, el régimen de la Camarilla optó por evitar un conflicto que creía perdido y cedió el dominio a los Anarquistas. En cuanto a las otras autoridades de la Camarilla del país, consideraron que así se lograba disolver una corte cuyos problemas internos podrían resultar una vergüenza de airearse públicamente. En este sentido, los Anarquistas les habían solucionado un problema antes de que se les fuera de las manos.
Actualmente, los espías de la Camarilla merodean por el dominio para asegurarse de que sus habitantes no se aventuran a otros lugares para expandir su visión política. Sin embargo, atrapada entre el territorio Anarquista y los dominios del Sabbat, la Torre de Marfil tiene poca fuerza práctica o expectativas. Dado el modo en que los Anarquistas se apoderaron del dominio, los Antiguos creen que el Movimiento será abierto y directo, y empleará tácticas similares para lograr resultados parecidos en otras partes. La Camarilla no se ha planteado la posibilidad de que estos Vástagos puedan realizar esfuerzos más sutiles para generar el cambio organizando movimientos de protesta a través de las redes sociales o estableciendo una red de contactos por todo el país mediante teléfonos móviles desechables.
Los Anarquistas de Liverpool y Manchester trabajan a través de terceros, influyendo en grupos activistas como el movimiento Occupy, que ha combatido las medidas de austeridad y desigualdad por todo el país. La más destacada de estas manifestaciones fue en Londres, donde se realizaron las reuniones más grandes entre cantos de «ellos dicen “recortad”, nosotros decimos “luchad”», que sonaron como música para los oídos Anarquistas. Se sospecha que Manchester podría ser el refugio de varios operativos de la Pregunta Roja. El Movimiento, influyendo desde lejos en estos grupos y sus manifestaciones, busca desbaratar tantas esferas de influencia de la Camarilla como pueda. Se esperaba que esto arrancara la venda a los Neonatos y los urgiera a prestar atención a la situación global, mostrándoles que podrían estar sentados sobre un polvorín. En el proceso, los Anarquistas esperaban que estos Neonatos descubrieran que el conflicto de los mortales tenía un gran parecido con la situación en la que los había puesto su propia estructura de poder y así animarlos a actuar como habían hecho los mortales para desestabilizar el régimen gobernante.
Además de las protestas no violentas más públicas, también hay grupúsculos de activistas extremistas que, dirigidos por los Anarquistas, realizan acciones más viscerales y ataques físicos a los grandes negocios e instituciones políticas para lograr el mismo resultado: una “Primavera Vampírica”.
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