La cultura de bandas prevalece en el continente y presenta una amplia variedad de oportunidades para los Anarquistas amantes de la violencia o con la laxitud moral necesaria para enriquecerse a expensas de otros. El país que más ha atraído la atención Anarquista es Venezuela. Aunque los Seguidores de Set se han interesado desde hace mucho por el tráfico de drogas, el Movimiento Anarquista también ha aprovechado las oportunidades que trae. Algunos de los Anarquistas más violentos e iconoclastas de todo el mundo se sienten atraídos por Venezuela para pescar en este río revuelto. Tanto individuos solitarios como pandillas acuden a construir sus imperios en la sombra a partir del dinero de la droga, la violencia y la sangre. Las facciones más pacíficas del Movimiento de todo el mundo prefieren que sus compañeros se queden allí, a distancia. Los Anarquistas venezolanos rechazan casi universalmente todas las formas de control, incluyendo las Tradiciones. Para algunos, este punto de vista se basa en la creencia de que son simplemente otra forma de control impuesta por distantes Antiguos. Otros simplemente creen que el poder de la Sangre les da derecho a hacer lo que deseen con las presas mortales.
Catalogada como uno de los lugares más violentos de Sudamérica, Venezuela es un territorio donde las rupturas potenciales de la Mascarada pueden pasar fácilmente desapercibidas. Alimentados por la fricción generada por la rígida separación entre ricos y pobres, atracos, secuestros y asesinatos son comunes. El índice de homicidios aquí es uno de los más altos del mundo. Todos estos factores hacen que sea fácil tomar una muerte violenta a manos de un Anarquista que se alimentaba por otro producto de la criminalidad generalizada. E incluso si un Anarquista descuidado deja evidencias de actividad sobrenatural obvia, bueno, ¿a quién le preocupa el testimonio de un campesino ignorante cuando los ricos tienen sus mansiones guarnecidas para protegerlos?
No hay terrenos neutrales o leyes aceptadas en los dominios Anarquistas venezolanos. Se trata puramente de la supervivencia de los más aptos. Los Barones locales se labran sus nichos en medio del incontrolable crecimiento urbano y forman pequeños ejércitos privados que sitúan en sus territorios tanto en barrios marginales como en ricas propiedades rurales privadas. Existe una elevada desconfianza entre Baronías vecinas, producto de las mezquinas Jyhads personales que se desarrollan cada noche, una situación que recuerda a los Estados Libres de los Estados Unidos. Sin embargo, estos Barones y sus séquitos rara vez necesitan cruzar los territorios del resto; la población vampírica no se ha expandido hasta el punto de que escaseen los territorios disponibles. En su lugar, los Barones promueven activamente el conflicto entre las bandas controladas por sus vecinos para encubrir su propio comportamiento perjudicial para la Mascarada.
Recientemente, algunos Anarquistas venezolanos han dado los primeros pasos para exportar su ideología a ultramar a la vez que aumentan lentamente su influencia sobre el tráfico de drogas, en un esfuerzo por arrebatar poder a los Setitas. Trabajando con sus compañeros en ciudades como Lagos (Nigeria), en las que las operaciones de crimen organizado de gran envergadura hacen esto posible, cultivan redes de tráfico de drogas que canalizan su contrabando hacia Europa. Los Anarquistas venezolanos esperan que Nigeria pronto siga su ejemplo y, desde allí, ser capaces de implementar cambios en Europa. La descentralización de esta clase de Jyhad Anarquista engendra una mentalidad de “el primero que llega se lo queda todo” en la que apenas existe preocupación por el idealismo de dominios menos brutales. La igualdad de oportunidades es sólo un paso hacia el poder personal en Venezuela y puede ser rápidamente descartada una vez que el individuo lo obtiene. Concederle igualdad de oportunidades a otros vampiros es una forma de hacer que te maten.
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