05 - El Señor de Arabia

Edit
La guerra de Muhammad con los quraisíes llegó a su punto álgido en 626, cuando La Meca reunió una fuerza de 10.000 hombres para conquistar Medina y terminar con los saqueos de una vez por todas. El Profeta formó un concilio de guerra. y un antiguo esclavo, Salman al-Farisi, sugirió cavar una trinchera en torno al barrio del sureste de la ciudad. En seis días la zanja estuvo completa, y cuando los quraisíes alcanzaron Medina, los generales de La Meca no supieron qué pensar. La guerra entre tribus siempre había sido una cuestión de combates singulares y cargas totales, y no estaban acostumbrados en absoluto a los asedios. Hicieron varias tentativas de ataque, pero les rechazaron y finalmente acamparon e intentaron hacer que los seguidores de Muhammad muriesen de inanición.

Por su parte, el Profeta tenía razones para preocuparse. Sus hombres estaban aterrorizados por el tamaño del ejército quraisíes y circulaban rumores que afirmaban que los de La Meca esperaban a que hubiese un levantamiento en la ciudad. Además Muhammad recibió noticias de Suleiman, su discípulo vampiro, que hablaban de que los Bani Quariza, una de las tribus judías de la ciudad, hablaba en secreto con los quraisíes con la esperanza de que al traicionar a la ciudad, los invasores les librarían de Muhammad y de sus seguidores.

El asedio duró un mes, mientras Muhammad se esforzaba por mantener unidos a sus partidarios. Los vampiros de Medina mantuvieron bajo estrecha vigilancia a los Bani Quariza aplastando sus intentos de sembrar la intranquilidad. Los Cainitas estaban dispuestos a deslizarse en los campamentos de los quraisíes y hacer una terrible matanza, pero Suleiman no lo permitió. Sin embargo, los Nosferatu creían firmemente que si los Cainitas empleaban públicamente sus poderes para derrotar a los quraisíes, es probable que debilitaran la autoridad del Profeta y con ello pondrían en peligro el futuro del Islam. Partiendo de esta base, la idea de no interferir con los asuntos de los mortales del Islam se convirtió en una ley tácita entre los Cainitas musulmanes devotos, que tendría repercusiones en siglos venideros.

Finalmente, cuando los seguidores de Muhammad estaban a punto de rendirse, una salvaje tormenta comenzó a soplar una noche, desarmando las tiendas de los de La Meca y apagando los fuegos que habían encendido para cocinar, los quraisíes creyendo que el Profeta había invocado la tormenta para destruirlos, se rindieron y huyeron del campamento en mitad de la noche. No había habido casi ningún enfrentamiento durante el asedio, pero la victoria fue de todos modos importante, al mejorar la posición de Muhammad en detrimento de los gobernantes de La Meca. Tan pronto como los quraisíes se marcharon, el profeta se enfrentó contra los traicioneros Bani Quariza. Él y sus compañeros condenaron a estos hombres a muerte, se repartieron sus posesiones y esclavizaron a sus mujeres e hijos.

Tras el asedio de medina, Muhammad decidió tomar La Meca por la fuera. El profeta reunió un ejército de 1.400 personas, los disfrazó de peregrinos y partió hacia la ciudad santa en febrero de 627. Ya había enviado espías para diseminar rumores e infundir el miedo en los corazones de sus habitantes, pero cuando Muhammad estaba a menos de veinte kilometros de la ciudad descubrió que le esperaba un ejército de tamaño considerable, preparado para la batalla. El profeta se detuvo en el oasis de Hudaibiyah, en los limites de tierra anta, y se sentó a esperar. Varios emisarios anduvieron de aquí para allá entre ambos ejércitos; Muhammad alegaba que no deseaba más que visitar la Ka'ba pero los quraisíes no quedaron convencidos.

Pero finalmente los habitantes de La Meca ofrecieron una sorprendente tregua. Si Muhammad abandonaba su objetivo de entrar en la ciudad ese año, podría volver el siguiente, y La Meca evacuaría la ciudad durante tres días para que los seguidores de Muhammad pudiesen concluir su peregrinación sin problemas. Además, no podría unirse ningún joven quraisíes a las filas de las de Muhammad sin el permiso de sus guardianes, aunque los musulmanes que renunciasen a su fe podrían permanecer en La Meca sin sufrir daño alguno. Muhammad, sorprendentemente, accedió a la tregua, que debía durar diez años. Sus seguidores quedaron consternados. ya que lo consideraban una rendición, pero el Profeta lo consideró un signo de que la determinación de los quraisíes se estaba debilitando. Tendría paciencia y dejaría que la situación madurase, y luego dejaría que la ciudad cayese en sus manos. Muchos Ashirra afirman que al igual que Suleiman y los otros vampiros devotos, habían aprendido de las lecciones del Profeta, él a su vez había adquirido el sentido de la paciencia de los Cainitas.

Después de firmar la tregua con los qurairsíes, Muhammad descubrió otra forma de mantener a su ejército abastecido con saqueos, y les condujo contra las ricas colonias judías de toda Arabia. En Khaybar, Fadak y Wadi al-Qura, los soldados del Profeta recogieron enormes cantidades de tesoro, a veces después de torturar a los habitantes de las ciudades. Las noticias de estos abusos se difundieron e incrementaron todavía más la posición y el prestigio del Profeta. Durante esta época, Muhammad envió mensajeros a todos los príncipes y reyes vecinos de la región, implorándoles que se sometiesen a la religión del Dios Único. Junto a estos mensajeros llegaban enviados de Suleiman y los vampiros de Medina instando a los Cainitas que encontraban a que hiciesen lo mismo.

Durante los siguientes dos años, las conquistas de Muhammad llevaron a su ejército a los confines de Yemen, en el sur de Arabia y a Jordania, en el norte. Cuando el Profeta escuchó que uno de sus mensajeros se había acercado al comandante bizantino de la fortaleza de Bostra y había sido asesinado, envió un ejército de 3.000 hombres a vengar el asesinato. En Ma'an, en la punta del golfo de Aqaba, se encontraron con el ejército fronterizo de Bizancio, que según la tradición consistía en 200.000 griegos y miembros de tribus locales. Durante dos días, los seguidores de Muhammad, discutieron si debían atacar al ejército bizantino, mucho más grande, pero el poeta Abdullah ibn Rawaha recordó a los comandantes que estaban luchando con la fuerza de Alá y que en cualquier caso el martirio era tan deseable como la victoria.

Era la primera vez que los soldados del Islam se enfrentaban con un ejército cristiano y sufrieron una sonada derrota. El comandante musulmán resultó muerto, junto con el hermano de Alí, Ja'far del cual dice la leyenda que luchó hasta que estuvo rodeado, sosteniendo el estandarte de Muhammad con los muñones sangrantes después de que le cortasen las manos.

Las noticias de la derrota en Ma'an consternaron a Muhammad, que lloró en público por la pérdida de sus hermanos. Dejando por imposible su venganza contra los griegos, concentró su atención de nuevo en La Meca. Había habido una serie de disputas entre los quraisíes y una tribu beduina que se había convertido recientemente al Islam, y Muhammad lo usó como pretexto para amenazar a la ciudad. Aunque a la tregua aún le quedaban ocho años, Muhammad marchó a La Meca con un ejército de 10.000 hombres. El tiempo y el ascenso meteórico del poder del Profeta ya habían hecho mella en las gentes de la ciudad.

En esta ocasión no se le interpuso ningún ejército, sino que la ciudad se rindió sin luchar y Muhammad entró en La Meca en paz, vistiendo la túnica blanca de un peregrino. Cabalgó siete veces en tomo a la sagrada ka'ba, y luego ordenó que se destruyesen los ídolos que contenía. Declaró a los habitantes de La Meca que se habían acabado los días de idolatría en la ciudad santa. Suleiman ibn Abdullah intentó acercarse a la ciudad santa noches después tras su propia hijra, pero el poder del Lamento le mantuvo alejado.

Aunque por fin La Meca había caído, muchas tribus de toda Arabia tenían la firme intención de seguir adorando a los dioses de sus ancestros. Una tribu en particular, los hawazin, se alió con otra tribu importante y reunieron un ejército de 30.000 hombres. Amenazaron con cortar las rutas de comercio entre La Meca y Medina, y estaban dispuestos a luchar contra los musulmanes hasta la muerte. Pero no había forma de detener a Muhammad después de haber asegurado su posición: los hawazin cayeron en batalla en febrero de 630, y poco después llegaron embajadores de toda Arabia con tributos para el Profeta y pidiendo que les permitiesen adorar al Dios Único. Si antes el mensajero de Dios había sido duro de corazón, era ahora compasivo y magnánimo, y perdonaba a todos, incluso a los quraisíes, si aceptaban a Alá. El Islam era como una ola que barría todo a su paso: la influencia de Muhammad llegó hasta el borde de Siria y Palestina, y el nuevo Señor de Arabia concibió la idea de un imperio universal "¡Un único Mensajero, una única religión, para el mundo entero!".

Dhu l-Faqr

Según la leyenda, uno de los botines más importantes que obtuvieron los de medina en el saqueo de Badr fue una extraña espada de dos puntas que recibió el nombre de Dhu l-Faqr o "Hiendevértebras". Muhammad la llevó en todas las batallas desde entonces, puesto que creía que era una señal de su inevitable victoria. Después de su muerte, la hoja pasó a las manos de su yerno, Alí y con el tiempo se convirtió en una reliquia sagrada que pasó mucho después a las manos del califato de abasí, donde se usó como señal de su legitimidad para gobernar. El arma desapareció en 1258, cuando el señor de la guerra mongol Hulagu asesinó el último califa abasí y saqueó la ciudad de Bagdad. Ninguna historia menciona que apareciese en manos de los mongoles, ni tampoco reapareció más tarde en manos de los siguientes gobernantes del Islam, los turcos osmandli. Su destino sigue siendo un misterio.
¿Te gusto la entrada?
Compartir en Google Plus
Sobre las Fuentes
Por favor visita el apartado “referencias” para encontrar las paginas originales de donde fue extraída la información, vampiro.cl es un compendio, nuestro objetivo es recopilar la mayor cantidad de contenido que circula por la web, son muchas personas que día a día traducen y/o comparten conocimientos que verteremos acá, nuestro aporte es clasificar, ordenar y compartir con la comunidad rolera.

0 comentarios:

Publicar un comentario