Trimira

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Poco territorios están tan empapados de magia como la India. Miles de swamis, yoghis, faquires y otros monjes milagrosos viajan de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo enseñando sus poderes. Ante la ausencia de la medicina moderna, los pobres acuden en rebaño a los templos con la esperanza de que un hilo mágico pueda curarlos y los ministros del gobierno se arrodillan ante hombres divinos que les bendicen con semillas sagradas. La superchería antigua y la más miserable de las pobrezas coexisten con la filosofía refinada y la ciencia puntera. La obsesión por la magia que existe en la India se extiende a sus no muertos. Los vampiros estudian este arte. Cuando los Tremere viajaron a la India con los comerciantes de principios de la edad moderna descubrieron una tradición de magia tan rica y poderosa como la suya... pero mucho más antigua.

Los magos de sangre indios describen su magia usando las mismas palabras que los auto proclamados magos mortales. Se denominan a sí mismos sadhus, los que practican Sadhana ("Ganancia") para conseguir poderes mágicos llamados siddhis ("Logros"). Sus rituales son los tantras ("Instrucciones"). Para diferenciarse de los magos mortales usan el prefijo rakta ("Sangre"). Los rakta-sadhus comparten diversas creencias con sus homólogos mortales y el desarrollo de la Sadhana discurre de forma paralela a la historia de las creencias mágicas mortales. Los Trimira no son una Línea de Sangre per se, sino una inusual secta nacida de la necesidad. Los Trimira son una rama India del clan Tremere que logro sobrevivir a esta tierra hostil desafiando al antiguo sistema de castas, introduciendo Vástagos no Tremere en sus filas, atándolos median un vínculo de sangre, asegurando así su lealtad. Los Trimira poseen sus propias versiones de las castas mortales.

Los antiguos códigos estipulan que sólo los Vástagos de linajes Brahmánicos pueden estudiar Sadhana, pero la tradición ascética abre estos conocimientos a cualquier vampiro (siempre que éste renuncie a todos los vínculos de clan, casta, prole y se convierta en un eremita o en un hombre santo errante). Los mortales indios llaman a los ascetas que viven en el bosque sannyasas, mientras que los Trimira utilizan ese mismo término para referirse a sus renunciantes no muertos. Los sumos sacerdotes de Daitya y Danava desprecian a los Tremere, considerándolos forasteros Intocables, pero los Trimira siguen atrayendo discípulos. Aunque las nociones budistas y otras filosofías afectan profundamente a los Vástagos de la India, no alteran de forma significativa la práctica de la magia de sangre, o por lo menos, no se han encontrado pruebas de ello. A medida que los brahmanes mortales recuperan lentamente su dominio sobre la sociedad india, los brhamanes no muertos eliminan de las bibliotecas de los templos los textos heréticos sobre la magia de sangre. Las diversas oleadas de invasores musulmanes agitaron a la sociedad de los Vástagos Indios, pero no cambiaron la Sadhana.

Cuando los mercaderes europeos establecieron puertos comerciales, como la ciudad de Goa, los vampiros europeos viajaron a la India. En su mayoría fueron en busca de poder y riquezas, (como los mortales), no para estudiar a sus homólogos indios. Los Tremere fueron la excepción. En el siglo XVI, Viena envió a su primera cábala de eruditos para que estudiaran la poderosa magia de sangre india. Estos exploradores suplicaron a los sadhu que los adoctrinaran y en ocasiones, robaban escrituras y talismanes para que los estudiaran sus colegas europeos. Los Tremere también Abrazaron a magos y ascetas mortales y les ordenaron que adaptaran sus antiguas artes al uso vampírico, tal como habían hecho los fundadores del clan Tremere diversos siglos antes.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX, un número cada vez mayor de indios exigió la libertad del colonialismo occidental. La actitud de los no muertos fue más militante y exitosa que la de los indios vivos. Este periodo fue testigo de una verdadera guerra entre Vástagos indios y europeos. En el año 1930 eran pocos los vampiros occidentales que quedaban en la India más allá de los viejos enclaves coloniales de Goa, Calcuta y Bombay. Sin embargo, los Tremere resistieron. En la actualidad, este clan mantiene una importante y creciente presencia en la India. Diversos indios Tremere descienden de indios mortales y en diversas ciudades indias se alzan capillas Tremere con regentes nativos y diversos amos. Prestan poca atención a los pontífices que han sido enviados desde Viena y mucha menos a los consejeros que supuestamente dirigen el clan.

Los Trimira se benefician de las restricciones de casta que imponen los clanes nativos sobre los posibles magos de sangre. La mayoría de sadhus proceden de dos clanes: los Daitya (Seguidores de Set indios) y los Danava (Línea de Sangre india Ventrue). Ambos clanes se consideran brahmanes y sólo enseñan la Sadhana a sus homólogos no muertos. Los vampiros de otros linajes que desean aprender Sadhana (y en India hay muchos de ellos) deben buscar gurús entre otros linajes... y en ocasiones los Trimira les complacen. Los Trimira aceptan de buena gana a otros vampiros que aceptan someterse al vínculo de sangre y otros juramentos para renunciar a cualquier alianza anterior. Por lo tanto un "Tremere Indio" (Trimira) puede tener entre sus filas un Nosferatu, Ravnos o cualquier otro linaje.

Aunque la mayoría de los Trimira esgrimen la misma magia que un médium telefónico americano, proporcionan un buen escondite a los no muertos. En comparación con un asceta que pasa toda su vida junto a un río o manteniendo el brazo en cierta posición hasta que sus músculos se duermen, un vampiro que sale por la noche y nunca come delante de nadie no parece extraño. de hecho, un Trimira debe actuar de un modo peculiar si desea que los mortales le confundan con un asceta. Afortunadamente, los vampiros pueden ofrecer un buen espectáculo con sus poderes sobrenaturales.

Un Vástago puede realizar hazañas de fuerza sobrenatural, contener su inexistente aliento durante tanto tiempo como desee o hundir clavos en su carne murta sin preocuparse de las infecciones... y todo eso sin usar las Disciplinas. En algunos casos, un sadhu no muerto podrá practicar abiertamente sus artes mágicas sin quebrantar la Mascarada, pues los indios asocian dichas hazañas mágicas con los yoghis vivos, no con cadáveres animados que beben sangre. La Sadhana ha ido cambiando con el paso de los milenos. La mayoría de sus rituales reflejan la etapa brahmanística del hinduismo, mientras que sus sendas reflejan la etapa asceta. Un Trimira consigue su magia mediante los sacrificios a los dioses, la meditación y una amplia variedad de austeridades.

Las creencias hindúes son sumamente complejas, diversas y con frecuencia, contradictorias. La religión sólo establece una prueba para la ortodoxia: aceptar las Vedas como base divina de todo conocimiento. Los teólogos, filósofos y magos posteriores han profundizado en estas viejas combinaciones de ritual, mito y liturgia, de modo que los Trimira no consideran que sus practicas sean blasfemas... y técnicamente no lo son. La doctrina maya afirma que el mundo normal es una ilusión y que todas las cosas materiales desaparecen y se convierten en algo diferente. La verdadera realidad radica en Brahmán, el alma eterna y trascendente del universo. La esencia de Brahmán es consciencia pura y carente de propósito. Como el universo en su conjunto es una alucinación colectiva, un asceta que funde su consciencia con Brhamán puede cambiar el universo del modo que prefiera pues, al fin y al cabo, él es el universo.

El karma atrapa a las personas en el ciclo de la reencarnación, llamado samsara. Cada hazaña requiere una compensación idéntica y opuesta. Por ejemplo, el hombre que pegue a su esposa en una encarnación se convertirá en una mujer maltratada en una encarnación posterior. El equilibrio entre las obras buenas y malas de una persona determina su posición en la siguiente vida. Una persona que acumule suficientes éxitos podrá reencarnarse en el brahmán, o incluso en dios, mientras que una que haya acumulado mal karma se reencarnará en paria, forastero, animal o demonio... quizá un demonio con carne mortal, destinado a recibir el Abrazo. De todos modos, no es necesario que una persona realice buenas obras para acumular "buen karma", pensar constantemente en un dios, en sacrificios y en prácticas ascetas también puede conceder mérito. De hecho, los hombres santos pueden transferir el karma de una persona a otra. La mayoría de los sadhus Trimira buscan la liberación simple y directa: desean conseguir un poder similar al de un dios. los vampiros de la India se consideran demonios... y como todos los demonios indios, intentan derrotar a los dioses y ocupar su lugar. Los mitos indios consideran que este objetivo es inminentemente factible.

De forma paradójica, las austeridades practicadas por los Trimira suelen incluir elementos que, para el hinduismo, profanan la pureza ritual de un brahmán. De todos modos, las leyes normales no vinculan a los ascetas, pues éstos hacen cosas por diferentes motivos. Con los hechiceros no muertos sucede lo mismo porque, al ser demonios, su mandato divino les permite conductas prohibidas para los mortales. No es necesario decir que muchas de estas prácticas requieren una forma alternativa de moralidad o, por lo menos, la fuerza de voluntad suficiente para mantener una humanitas debilitada.

Aunque los indios evitan el contacto con los muertos, la cremación es uno de los ritos más sagrados que puede celebrar un brahmán. El budismo enseña a sus estudiantes a meditar sobre imágenes de cadáveres putrefactos, considerando que se trata de una forma de romper el vínculo con la vida y el temor a la muerte. Los grupos ascéticos Aghora y Kapalisa van bastante más allá de las simples imágenes... al igual que los Trimira. Un estudiante de rakta-sadhu pasa diversas noches en el crematorio. Huele el humo que consume los cadáveres, oye cómo revientan los cráneos y cómo chisporrotea el fuego cuando los hirvientes sesos caen sobre las llamas, advierte que el cadáver del rico se consume de forma idéntica al del pobre y prueba la rancia sangre muerta ayudándose de un cráneo humano carbonizado. Así es como un Trimira se libera de las trampas emocionales de la existencia mortal. Supera la repugnancia, olvida el miedo, el orgullo y la vergüenza y aprende a amar a los dioses que le enviarán a la Muerte Definitiva, pues la muerte es inevitable. Él mismo se convierte en la Muerte, la destructora de mundos. Es hermano de los demonios, hermana de los dioses y cuenta con el apoyo de Shiva y Kali. ¿Acaso algún poder inferior logrará romper su voluntad?

Como demonios que beben sangre, los Trimira no pueden ser vegetarianos ni practicar los rituales dietéticos de los mortales. En ocasiones, un hechicero busca la sangre de los recipientes más viles y envilecedores: cadáveres frescos, intocables y animales "impuros". Las leyes dietéticas hindúes afirman que a lo más bajo que se puede llegar es a ser un "cocinero de perros", de modo que el Trimira puede alimentarse de la sangre de estos animales durante un largo periodo. Dependiendo de cómo se mire, esta auto humillación deliberada puede ser una forma de castigo por el crimen de la existencia o un modo de establecer las credenciales del enemigo de los dioses.

El entretenimiento tiene un papel muy importante en la magia india. La mayoría de los Trimira proporcionan diversión a cambió de dinero, e incluso los sabios más importantes han creado espectáculos para entretener y motivar al público. Como la Sadhana sigue esta tradición, los magos de sangre suelen aprender prestidigitación y otras técnicas de invocación. Todo es maya, ilusión: la única diferencia que existe entre la magia de sangre y la magia escénica es que ambas crean ilusiones de un modo distinto. Si un Trimira consigue los resultados deseados mediante trucos mágicos, no le será necesario gastar la preciada sangre. Los sadhu también practican una forma de magia intermedia que crea ilusiones en las mentes del público: el mago hipnotiza a las personas y les hace ver lo que él desea que vean. En teoría los magos mortales utilizan este mismo "poder de sugestión" para realizar el Truco de la Cuerda India y otras ilusiones celebres. Los Trimira conocen el poder de la ilusión como la Disciplina de Quimerismo del clan Ravnos, e intentan estudiarla. Incluso conocen rituales maya que crean efectos similares al Quimerismo, pero requieren más tiempo. Éstos pueden combinar la magia y el maya en sus sendas y rituales. Algunos rituales se inician con un truco escénico al que se le añade magia para que suceda en realidad... o para que sea
lo más real posible en un mundo de ilusión.
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