Antitribu. Es un término lleno de vanidad. Es el niño desdeñando los dones del padre para provocar una reacción. 
Es una cosa muy humana para los Vástagos con reputación 
monstruosa.  El  nombre  de  nuestro  Clan  está  irrevocablemente vinculado a los fundadores del Sabbat. Las monstruosidades de carne esculpida que obsesionan a los Príncipes 
de la Camarilla y aterrorizan a los Anarquistas durante la 
noche. El nombre de nuestra familia es famoso, pero esperar 
que todo el mundo sea parte de su fama es mezquino. Conocer a alguien que se apellida Washington no significa que 
pueda dormir en la Casa Blanca, igual que llamarse Gates no 
suele dar derecho a una computadora gratis.
A pesar de lo que el Sabbat podría querer creer, existen algunos de nosotros que han vivido fuera del Sabbat durante 
mucho tiempo. La idea de que no hay ninguno de nosotros 
fuera del Sabbat es un error de comunicación convertido 
en desinformación, que se convirtió en propaganda con el 
paso de los siglos. Decir que todos los Tzimisce son Sabbat 
resaltó la lealtad fanática a la causa.
Quienes pusieron en 
duda tal afirmación estaban demasiado ocupados en sus 
dominios para gastar tiempo y esfuerzo en aclarar el tema. 
Dejaron que sus hijos se divirtieran; cualquiera que buscase 
a los Tzimisce que no estaban involucrados con el Sabbat 
aún podían encontrarlos, pero la soledad  proporcionada 
era un regalo inesperado.
Los Tzimisce y los Lasombra se unieron para formar el 
Sabbat porque  estaban  cansados  de  morir. Los  Antiguos 
enviaban a muchos de nosotros a su muerte. Usaban esa 
táctica porque solía funcionar. La Noche de Kupala rompió 
muchos Vínculos de Sangre, pero no todos ellos fueron rotos por un súbito alzamiento y castillos en llamas. También 
hubo quienes rechazaron asistir a la velada por lealtad a 
sus amos. Ellos lucharon con la misma fuerza para proteger su tirsa que los que se unieron al Sabbat. Al no lograr 
aniquilarnos, los Tzimisce recurrieron a las tácticas de los 
Lasombra: mentiras y susurros.
Los nombres como “Viejo Clan” provienen de foráneos 
que necesitan una definición más clara para comprenderse 
a sí mismos. El don de la Vicisitud es un gran paso más 
allá de la condición monstruosa del vampiro. Nuestro Clan 
busca definir nuestra condición de forma más exacta de 
lo que lo hacen los demás.
Estos Tzimisce sentían que no 
deseaban comenzar un nuevo proyecto antes de completar 
el anterior. Respetamos un pensamiento tan conservador, 
incluso si no todos nosotros estamos de acuerdo. Ellos rechazan  explorar  con  todas  las  herramientas  disponibles. 
Buscan errar solos por los bosques, incluso aunque haya 
mapas y senderos que puedan usar.
Y aun así, este Viejo Clan nos enseñó el camino a nuestra 
libertad porque nos enseñó que no todos necesitamos marchar en fila a pesar de nuestra herencia común. ¿No es ése el 
mensaje que el Sabbat quiere desesperadamente que todo el 
mundo crea que defiende? En vez de eso, se ha convertido 
en un “nosotros contra ellos”, sin asegurarse de que todo 
el “nosotros” estuviese de acuerdo con esa idea. Somos lo 
bastante escasos para que nos dejen tranquilos mientras el 
Sabbat consume la mayor parte de su tiempo. No les gusta 
admitir que algunos nos hemos escurrido entre sus dedos y 
sencillamente queremos que nos dejen a nuestro aire.
Sin el Sabbat, ¿qué es lo que hacemos? Muy pocos de 
nosotros se alían directamente con la Camarilla. Los que lo 
hacen suelen hacerlo por razones muy personales y concretas y cortan sus lazos una vez alcanzan su meta. Los más viejos se alían con Sectas menores.
Algunos tratamos de preservar las tradiciones de la Hechicería de Sangre. Muchos 
exploramos los dones de los más Antiguos de formas más 
sutiles que los artesanos corporales del Sabbat. Ellos hacen 
zulo hoy en día como el ganado hace películas. Nos esforzamos por mostrar que podemos ser más efectivos mediante 
cambios pequeños y sutiles de la forma humana. Manos 
con todos los dedos igual de largos. Ojos que parpadean de 
forma horizontal en lugar de vertical.
Algunos de nosotros luchan por proteger las viejas costumbres. La Liga de Oradea hace mucho por preservar nuestra 
forma de ser de antes de ser arrastrados a la arena política 
hace tantos siglos. Algunos la consideran una imagen pintoresca de cómo era la vida tiempo atrás, similar a los pueblos 
coloniales que los turistas visitan hoy en día. Otros creen 
que es un desalentador recuerdo de que el Sabbat aún tiene 
trabajo que hacer para derrocar a los títeres de los Antediluvianos. Yo veo una mezcla de la monstruosidad del Sabbat y 
la intencionalidad de la Camarilla. Quizás haya algo nuevo 
salido de nuestros laboratorios en el horizonte.
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Excelente, Tendria Unos Aporte Adicionles, Pero En linea general, muy completo
ResponderEliminarHola, que clase de comentarios? no te guardes nada, podríamos ampliar esto. y gracias por comentar :)
EliminarSaludos.