La historia que creo (es decir, la historia que creo que creen) es que esos pródigos descubrieron que el Camino de Toda la Carne no era un secreto enseñado por el Anciano, sino que era el propio Anciano. Somos la carne de su carne. Esto es herejía en el Sabbat, aunque una perspectiva histórica entretenida, por muy ilusa que sea. Según el Viejo Clan, el Anciano puso su semilla en nosotros para acceder a cualquier conocimiento que tuviéramos, devorándonos a distancia. Los viejos Metamorfosistas habrían dicho que esto no es una pérdida sino una bendición, regresar a la Gestalt de Una Carne. Usar el arte es entrar en comunión con el Moldeador y recibir su sabiduría.
Cualquier Demonio que logre un gran avance en la comprensión de nuestra existencia podría provocar que el Anciano se alzara en su interior y tomara forma. Por eso, el Viejo Clan se aleja del arte mutable. Sintieron que algo los observaba desde detrás sus ojos. Se sorprendieron ante el cosquilleo fantasma y los espasmos traicioneros en sus extremidades. Temerosos, evitan desencadenar la iluminación que creen que despertará a un Antediluviano que duerme en su pecho. Mis disculpas, intruso. Me río. ¡Me río! No lo entiendes. En nuestra historia, sabemos que los Tremere tomaron su primera Vitae de los Tzimisce. Si las paranoias imaginarias del Viejo Clan son ciertas, entonces el Antiguo nada también bajo su piel. Son la manzana y él el Gusano Conquistador.
0 comentarios:
Publicar un comentario