Durante siglos el número de Gárgolas libres y
fugitivas fue una minoría reducida, pero con su constante
incremento durante el siglo XX, en las Noches Finales
puede que constituyan más de una tercera parte de la
línea de sangre. Nominalmente miembros de la
Camarilla, lo cierto es que muchas de ellas participan lo
mínimo en los asuntos de la secta, preocupándose de
asuntos más acuciantes como la mera supervivencia o
retirándose de las intrigas de la Estirpe para habitar
aisladas del resto de los Vástagos en pequeños dominios
rurales y apartados.
Las que han huido de los Tremere a
menudo adoptan un nuevo nombre para marcar su nueva
existencia y son las más interesadas en mantener su
privacidad.
Sin embargo, no siempre es así. Desde hace
siglos muchas Cabezas de Piedra acuden a las ciudades y
ofrecen sus servicios a otros clanes como guardianas y
ejecutoras. En ocasiones son engañadas y Vinculadas por
Sangre al Príncipe o a algún antiguo, en una situación de
esclavitud no muy distinta a la que sufren las Gárgolas
que sirven a los Tremere, pero en otras consiguen
prosperar e incluso adquieren posiciones “oficiales”
como las de Azote, Sheriff o Arconte. Cuando la
población de Gárgolas es elevada en su dominio, el
Príncipe a menudo nombra un Embajador del linaje, por
lo general un líder de Bandada. Un Embajador representa
a su línea de sangre en las audiencias del Príncipe y en la
Primogenitura, pero sólo acude cuando es requerido y
tiene voz en el orden de la noche, aunque carece de voto.
Entre las Gárgolas Libres también se encuentra
gran número de individuos solitarios, que o bien han
sufrido la destrucción de sus Bandadas o han sido
expulsados de ella tras perder un combate por la posición.
Estos “Solos” son los que más a menudo se relacionan
con otros Vástagos, en busca de protección y compañía, y
son la imagen más frecuente del linaje, ya que las
Bandadas raramente acuden en gran número a las
reuniones de la Estirpe o frecuentan los Elíseos, salvo
cuando se produce un suceso importante que afecta a las
Cabezas de Piedra. Aislados del resto de las Gárgolas los
Solos pueden convertirse en individuos bastante cínicos y
amargados, pero también es frecuente que adopten los
comportamientos más sofisticados de la sociedad que les
rodea, muchas veces siguiendo un impulso instintivo de
imitación, pero con el tiempo son capaces de
desenvolverse con soltura en las reuniones sociales y
participar con ingenio en debates e incluso competir en
ingenio con las Arpías.
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