– William Shakespeare, La Tragedia de Hamlet.
En Vampiro, todo el mundo comparte un mismo objetivo: jugar a un juego bueno e interesante juntos. Los jugadores y el Narrador colaboran a la hora de crear una experiencia común. El Narrador aporta el mundo, los personajes secundarios y los eventos externos. Cada uno de los jugadores encarna a un personaje que vive en ese mundo e interactúa con las creaciones del Narrador y con otros personajes jugadores. Mientras que un jugador debe crear un personaje, el Narrador tiene una tarea mucho más abrumadora: crear una crónica entera. Y después, llevarla adelante.
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