Ambiente

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Afróntalo: existen pocas razones para contar una historia sobre el final de los tiempos si no puedes hacer que los personajes realmente lo sientan así; hazles entrar en una disposición mental "apocalíptica". Pon especial atención, más que en los eventos que introduces, en la manera en que los introduces.

• Paranoia: Este estado de ánimo es la firma de cualquier buen Apocalipsis. Hace una buena pareja con el tema de la Ignorancia. Para los de sangre diluida, así como para cualquier vampiro lo suficientemente desafortunado como para vivir en estas peligrosas noches, lo que se desconoce puede ser un peligro mortal. Se ha mencionado más arriba, pero repetimos: los vampiros son criaturas paranoicas por naturaleza. La traición es una parte integral de su cultura. Muchos vampiros están incapacitados para tomar una decisión cuando la Gehena está en camino, y su única alternativa se reduce a teorizar y conjeturar. No debería resultar sorprendente que las teorías que inventan sean tan retorcidas y complejas como sus intrincadas mentes.

Las generaciones más altas también tienen razones para ser paranoicas. Muchos de ellos, especialmente los que pueden tolerar la luz del día y sus épocas mortales, se consideran esencialmente humanos. Se mantienen cercanos a la gente ordinaria que aprecian y a los valores a los que estaban atados en vida. Desde su punto de vista, incluso un vampiro neonato de duodécima generación es una criatura temible. Enemigos tales como el azote constantemente se lanzan sobre ellos sin ninguna razón discernible, castigándolos por alguna misteriosa ofensa para desaparecer de nuevo en la noche. Donde quiera que pisen los de sangre diluida, siempre molestarán a alguien. La Paranoia puede ser tan absurda como atenazante. Si bien tales crónicas deberían estar ambientadas en una arrolladora atmósfera sombría, pueden dar también lugar a momentos de gran profundidad grotesca. Aquel cuyas profecías han seguido los personajes puede revelar de pronto, entre susurros, su teoría secreta según la cual los Antediluvianos transmiten sus subliminales mensajes a los vampiros a través del colmillo izquierdo de éstos (haciendo que enloquezcan, arrancando el artículo ofensor a todos los presentes). Un culto de vampiros podría decidir secuestrar un edificio de apartamentos porque uno de sus miembros "vio" a Caín en el vestíbulo. Pero ¿en qué consiste una creencia insana cuando los tiempos que corren también están locos? Los personajes que se hallan en una crónica ambientada en vísperas de la Gehena podrían empezar a tener la sensación de que todo es posible.

• Angustia: (sabías que no podrías eliminarla). Quizá no sería justo decir que los de sangre diluida necesariamente sufren más angustia que sus hermanos más fuertes, pero es cierto que están marcados por ella particularmente. El dilema central del vampirismo consiste en encontrar un equilibrio entre la horripilante naturaleza instintiva de la Bestia y el remanente de humanidad. Para los de sangre diluida, en algunos casos la lucha es leve. No tienen que enfrentarse a su monstruosidad de una manera tan inmediata e intensa como otros de la Sangre lo hacen. Muchos pueden disfrutar los placeres humanos; aquellos que no pueden, suelen mantener estrechos lazos con la sociedad humana y se mezclan más fácilmente con ella que otros cuya atención se halla dividida entre la cultura mortal y la vampírica. Sus poderes sobrenaturales no son tan fuertes y es mucho más fácil que sean pasados por alto por ellos mismo y por los demás. El juego de la negación está a su favor. No obstante, esto también se puede considerar una grave desventaja. Cuanto más cerca estés de tus seres queridos mortales, con más facilidad se verán afectados por las condiciones más extrañas y peligrosas de tu existencia. Cuanto más abiertamente te desenvuelvas en la sociedad humana más fácil resultará que alguien hostil descubra tu pequeño secreto (y comprenda mejor que tú su significado). Y lo que es más importante, cuanto más tiempo reniegues de tu naturaleza monstruosa, más devastadores serán sus efectos cuando escape de tu control.

En otras palabras, la tortura especial a la que están sometidos los de sangre diluida es suficientemente irónica y consiste en una mayor proximidad a la humanidad de la que carecen otros vampiros. El narrador debería intentar acunar a los jugadores en la complacencia. Imagina la situación de un Caitiff de decimocuarta generación. Hasta ahora su existencia tras el Abrazo está siendo sorprendentemente apacible. Se ha cambiado al turno de noche en el restaurante (puede aún probar la comida). Ha confiado a su prometida, a su hermana y por supuesto a su abuela su secreto. No están muy complacidas pero lo soportan; las mujeres más jóvenes se han ofrecido como donantes de sangre (después de todo, mejor volverse hacia un ser querido que hacia un extraño poco dispuesto a satisfacer las necesidades de uno). No tiene la menor idea de por qué ha sido elegido para padecer esta extraña aflicción, pero sabe que tiene un potencial que nunca hubiese imaginado. Quizá se meta en problemas de vez en cuando, pero siempre se las ha apañado para salir ileso. Ésta pensando en convertirse en un mago de escena. El Narrador puede dejas las cosas así por un tiempo para que entonces, poco a poco, se vayan complicando. Un acceso de frenesí en casa de la abuela, afortunadamente, no acaba con la muerte de ésta, pero la asusta de tal manera que termina por confesárselo al sacerdote de la parroquia. El sire del vampiro se encuentra con la mala noticia de que su Abrazo ilícito ha sido descubierto, y solo será olvidado si acaba con su progenie. Y su prometida, bien, siempre ha dicho que desearía tener un bebé...Si esto no parece lo suficientemente angustioso, considera los problemas de criar a un niño dhampiro.

Cierto, un personaje estándar de Vampiro puede experimentar frecuentemente este tipo de angustias, pero a menudo debe romper con su pasado de una manera más rápida y por lo tanto más limpia. Entre los clanes, muchos sires insisten en que sus chiquillos sean apartados lo más rápidamente posible de la trampa de la mortalidad para unirse a la sociedad de los Vástagos cuanto antes. Mas pronto de lo que piensan, estarán demasiado inmersos en el juego de la supervivencia como para darse cuenta de que sus viejas vidas se les están escapando... al menos cuando ya es demasiado tarde. Los de sangre diluida siendo por amplio margen los huérfanos y parias de su progenie, no sufren tales distracciones en sus tempranos años y están libres para sufrir por completo el proceso de agonía.

• Horror: Mucho se ha escrito sobre el tema del horror en Vampiro, pero aún asumiendo el  riesgo de criticarlo, deberán añadirse unas pocas palabras. A la mayor parte de los de sangre diluida, el horror les da la bienvenida de forma privada: cada uno tiene una Bestia, la Bestia algunas veces les urge a cometer actos monstruosos. Malgastan sus existencias en un combate contra la cruel ironía del dicho "Una Bestia soy para no convertirme en una Bestia". Cuanto más se las apañen para retener su Humanidad, mayor será su espanto cuando se muestre su naturaleza interior. Si el horror personal es el mismo, no obstante, el horror externo es otra cuestión. Muchos Vástagos encuentran a sus antiguos comparativamente monstruosos, pero para los de sangre diluida, que tienden a moverse más en la sociedad mortal que en la inmortal, todos los vampiros son una monstruosidad. Ser cazado por una sociedad de depredadores sin remordimientos es malo, pero peor es que muchos se sientan orgullosos de mantener una postura moral tan inhumana al respecto. No dejes escapar la oportunidad de demostrar esta distinción a los personajes.
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