Reino Oscuro de Neter-Kertet

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El Reino Oscuro de Neter-Kertet era el inframundo del Antiguo Egipto y había existido durante milenios antes de la formación del Reino Oscuro de Hierro. También era conocido como el Reino Oscuro de Arena, y allí los Barqueros encontraron a su benefactor Anubis, el antiguo dios con cabeza de chacal, y firmaron un pacto con Osiris que sería confirmado por Caronte, en el que se comprometían a ayudarse en contra de sus enemigos y mantener la paz entre ambos reinos. Además, Neter-Kertet proporcionó maestros para instruir en el conocimiento de los Arcanoi a los Sin Reposo de la Hélade (que en gran parte constituyó el origen del posterior Reino Oscuro de Hierro). Anubis compartió sus conocimientos sobre los elementos que conformaban el alma humana con los Barqueros, lo que terminó por dar origen al Ritual de Separación de la Orden del Remo y por otra parte la cosmología del Antiguo Egipto terminó influyendo en la conformación del Reino Oscuro de Hierro. Los antiguos egipcios creían que el más allá era un lugar subterráneo en una gigantesca caverna y aunque no todos los reinos oscuros se encuentran dentro de una gran caverna, posteriormente el conjunto del inframundo sería conocido como Mundo Subterráneo de las Tierras de las Sombras. Durante muchos siglos reinó la paz en Neter-Kertet, pero los cambios en las Tierras de la Piel terminaron por afectar a las Tierras de las Sombras, y finalmente llegó el día en que se abandonaron los viejos ritos y la adoración de los dioses ancestrales de las Dos Tierras de Egipto.

Tras ese día el Reino Oscuro de Arena comenzó a hundirse en la Tempestad siendo finalmente sustituido por una nueva Tierra de las Sombras que fue anexionada rápidamente por el Reino Oscuro de Hierro. Tras ser devorado por la Tempestad, Neter-Kertet comenzó a declinar y recibió la llegada de muy pocas almas, los Herejes leales de los dioses del Nilo y los adoradores cada vez más escasos de los antiguos dioses egipcios que tenían que mantener su fe en secreto. Aunque potencialmente los habitantes del Reino Oscuro de Arena podían existir eternamente, el Mundo Subterráneo es un lugar peligroso y con el paso de los siglos su población se redujo, lo que debilitaba su paradigma y aunque consiguió sobrevivir a los sucesivos Grandes Maelstrom que azotaron Estigia y otros Reinos Oscuros, su territorio menguó y varias partes desparecieron en la Tempestad. Los Derroteros que conectaban con el reino se redujeron y cada vez se hizo más difícil su acceso. Sólo los Barqueros recordaban su existencia y lo visitaban de vez en cuando. Entonces llegó el Sexto Gran Maelstrom, y Neter-Kertet quedó recudido a poco más que su capital, Amenti, una Necrópolis que en su período de esplendor había albergado a más de cuatro millones de almas, pero a finales del siglo XX no alcanzaba el medio millón. Muchos de sus magníficos edificios amenazaban ruina, e incluso cuando toda la población salía a las calles la Necrópolis parecía escasamente habitada. En el centro de la Necrópolis, en su palacio en forma de mastaba, permanecía inmóvil en su trono el dios Osiris, Señor de Neter-Kertet.

Cuando empezó el Sexto Maelstrom las antiguas murallas de Amenti fueron derribadas y entre los vientos negros del Olvido apareció una horda de Espectros, pero no eran meros Roídos sin objetivo, sino un auténtico ejército organizado dirigido por un líder llamado Belisario, que sin perder tiempo arrasaron la Necrópolis, diezmando a la población barrio tras barrio, derribando templos y edificios milenarios e incendiando bibliotecas que ya eran antiguas cuando se construyeron las pirámides, mientras el Maelstrom aumentaba en fuerza y sus vientos llenos de gritos torturados y rugidos de odio acaballaban las voces y gritos de los defensores, cada vez más escasos. Finalmente tras dos días de combate el general Dyeser ordenó abandonar lo que quedaba de la Necrópolis y concentrarse en el centro de la ciudad para resistir hasta el último Wraith. Si bien las posibilidades eran muy escasas los defensores esperaban que Horus y los inmortales Shemsu-Heru acudiesen desde las Tierras de la Piel y diesen la vuelta a la desesperada situación.

Durante tres días los Espectros arrasaron la Necrópolis hasta que su líder les recordó que todavía quedaban Wraiths por derrotar en la ciudad. Los defensores resistieron heroicamente durante una semana haciendo pagar un alto precio a los Espectros pero se vieron obligados a retroceder continuamente, hasta que sólo quedaron unos ocho mil, los más fuertes y poderosos defensores de Amenti, gravemente heridos y debilitados, atrincherados en la última defensa del Palacio de Osiris, la Plaza del Juicio y el Templo de la Tríada de Osiris. La ayuda no parecía inminente y el número de Espectros los superaba por más de veinte a uno. Justo antes de la ofensiva final del ejército de Espectros, Osiris se alzó de su trono por primera vez en milenios, y abandonando su palacio se presentó en la Plaza del Juicio, donde con un gesto de su mano divina creó una barrera de luz pura que separaba a los Wraiths de los Espectros, y comenzó a entonar un cántico y a mover las manos como si preparase un hechizo.

Durante seis días los Espectros atacaron la barrera de luz por todos lados, y poco a poco perdió poder y comenzó a agrietarse, pero antes de que pudieran atravesarla, Osiris concluyó su cántico y creó un remolino de luz que absorbió a los Wraiths supervivientes y los arrastró hasta las Tierras de la Piel. El viaje no resultó fácil y las almas que concluyeron el viaje lo hicieron gravemente heridas. Una vez allí y mediante un nuevo y mejorado Hechizo de la Vida, que las unía con nuevos cuerpos, se convirtieron en las Momias Amenti, tomando su nombre en honor de su ciudad de origen. Antes de despedirse de sus súbditos, Osiris realizó dos últimos actos de poder. En primer lugar libero a la diosa Ammit “La Devoradora de Corazones” de sus cadenas y encantó la Balanza del Juicio con la Pluma de Ma’at en uno de sus platillos para que nadie pudiera tocarla. Cuando los Espectros consiguieron romper y atravesar la barrera de luz para atacar al dios, su cuerpo se deshizo en multitud de estrellas brillantes de muchos colores y se elevó, perdiéndose de la vista.

Los Espectros arrasaron el Templo de la Tríada de Osiris, pero fueron incapaces de tocar la Balanza del Juicio. Además, Belisario no se atrevió a destruir el Palacio de Osiris, sintiendo un temor todavía mayor que su lealtad al Olvido y ordenó abandonarlo. Después él y su ejército espectral abandonaron la Necrópolis arrasada de Amenti y partieron en busca de nuevas conquistas. Meses después Horus y los trece últimos Shemsu-Heru llegaron para encontrarse con una ciudad desierta y habitada sólo por Espectros salvajes y casi irreconocible por la devastación. Horus tomó la Balanza del Juicio y tocó la pluma, que adoptó la forma de la diosa Ma’at, y a su vez la Balanza se deshizo y adoptó la forma de los Jueces del Du’at. Horus habló con ellos, con Ammit y Anubis, antes de abandonar la ciudad y regresar a las Tierras de la Piel, junto con sus compañeros inmortales, que adoptaron el nombre de Imkhu y dejaron la ciudad de Amenti en manos de Ma’at, los Jueces del Du’at, Ammit, muchos Espectros…y quizás muchos secretos todavía por descubrir.

Nota: Este reino oscuro es la patria natal de las Momias Amenti de Momia: la Resurrección y también el más allá del Antiguo Egipto lo que hace que esté conectado con dos líneas de Juego del Mundo de Tinieblas.

Sombras de Neter-Kertet

Este Reino Oscuro ha sido destruido e incluso las pocas almas mortales leales a los dioses del Antiguo Egipto ya no aparecen por aquí, sino en el Reino Oscuro de Hierro. Todo lo que hiciera exclusivas a las Sombras de este Reino se ha perdido.

Ejemplo de Necrópolis: Amenti, Capital de Neter-Kertet, la Ciudad de Osiris.

Esta Necrópolis es la más antigua conocida, siendo más vieja que la ciudad más vieja de las Tierras de la Piel o más vieja que la escritura, pues fue fundada por Osiris tras morir a manos de su hermano Set en uno de sus combates. Aquí construyó su trono y su palacio para luego sentarse mientras sus leales construían la ciudad de Amenti a su alrededor. Mientras Osiris permanecía inmóvil era vigilado por los Sacerdotes Shanu-Atiu. La Necrópolis llegó a ser inmensa, pues en su apogeo en el siglo II a.C. alcanzó los cuatro millones de habitantes, siendo mucho mayor que ninguna otra Necrópolis de este periodo. Pero a partir de la caída de la Dinastía de los Ptolomeos y la anexión de Egipto por Roma, empezó a entrar en decadencia, una decadencia que alcanzó su auge en el siglo V d.C. cuando se prohibieron los cultos paganos en el Imperio Romano y con la perdida de la escritura jeroglífica.

Desde entonces apenas llegaron nuevos Wraiths a la ciudad y comenzó a perder población. En el siglo VII la Necrópolis de Amenti y otras Necrópolis menores del Reino Oscuro de Arena se hundieron en la Tempestad, aunque conservaron el cielo. Poco a poco la población del reino se redujo y su lugar en las Tierras de las Sombras fue ocupado por los recuerdos de otras civilizaciones más recientes, en particular la cultura bizantina y árabe. En el año 768, tras considerar que el Reino de Neter-Kertet había desaparecido ante el Olvido, la Jerarquía ocupó las Tierras de las Sombras de Egipto con escasa oposición. Durante el siguiente milenio la Necrópolis de Amenti y el Reino Oscuro de Arena recibirían cada vez menos visitantes y aún menos habitantes, por lo que debido a los estragos del inframundo, el reino quedó cada vez más vacío y abandonado, aunque no sufriría su caída definitiva hasta el Sexto Maelstrom.

Alrededores

La ciudad de Amenti se encuentra en medio de la Tempestad y la única manera de llegar hasta ella es mediante escasos Derroteros, aunque desde el Sexto Maelstrom sus ruinas están conectadas con las Tierras de la Piel mediante un Nihil (que es mejor no utilizar, porque se encuentra a cientos de metros de altura sobre la Primera Catarata del Nilo) y con el Laberinto (fue a través de él por donde llegaron el Espectro Belisario y sus tropas). Aparte de la Necrópolis queda muy poco del antiguo Reino Oscuro de Arena. A unos diez kilómetros en un canal se encuentra el Muelle del Barquero. Hasta el Sexto Maelstrom el paisaje del lugar estaba dominado por dos estatuas: una de Anubis y otra de un Barquero que se daban la mano sobre un pedestal en el que se había grabado el pacto entre Neter-Kertet (en lengua micénica, jeroglífica y acadia), pero tras el Maelstrom las estatuas fueron separadas y arrojadas al canal por los Espectros, aunque el pedestal sigue intacto.

En las afueras de la Necrópolis de Amenti se encuentran dos templos solitarios que incluso en los períodos de esplendor eran evitados por los Wraiths. Se trata de templos dedicados a Set y Apofis, pues en su sabiduría Osiris decidió levantar templos a todos los dioses de Egipto, incluyendo sus enemigos. La construcción encontró gran reticencia por parte de la población fantasmal y los templos nunca fueron populares, siendo emplazados lejos del resto de lugares de adoración. Tras el Sexto Maelstrom el Templo de Set sigue intacto, pues entre los Espectros se rumorea que el propio dios Set apareció ante las puertas de su templo y destruyó a miles de Espectros hasta que Belisario se comprometió a marcharse en paz.

Dentro se encuentra una estatua del dios de las tormentas de cuatro metros de altura esculpida en un material negro y rodeada de un fuego alimentado con cristales de fuego de almas y sangre que han ardido sin pausa desde la construcción del templo. Por su parte, el Templo de Apofis se encuentra medio hundido y recubierto de hielo, la estatua que contiene se encuentra rota y le faltan trozos, y el interior parece haber ardido antes de congelarse. Además, el dios Anubi dice que un antiguo mal habita en el interior y es preferible evitarlo. Por último en algún lugar de los alrededores de Amenti se encuentra el hogar de Anubis, pero el propio dios nunca ha comentado nada al respecto.

Población y Organización

Sin contar a los Wraiths las únicas criaturas sobrenaturales que han habitado la ciudad de Amenti son algunas momias Ismaelitas, que cansadas de la guerra contra el dios Set en algún momento se instalaron en la ciudad, pues los Shemsu-Heru se encontraban demasiado ocupados en las Tierras de la Piel para instalarse permanentemente, aunque acudían de forma cíclica para recuperarse.

Los únicos extranjeros que visitaban ocasionalmente la ciudad eran algunos Barqueros del Reino Oscuro de Hierro, pues Osiris apenas intervenía para nada en el gobierno de la ciudad y como nadie se atrevió a adoptar el título de faraón, se decidió crear un Consejo de Sabios para gobernar, constituido por un representante de cada facción de la Necrópolis: Guerreros, Artistas, Constructores, Sacerdotes, Gente Común, Escribas y Nobles.

Cada facción tenía sus propias funciones y privilegios y el Consejo tuvo éxito en su gobierno hasta que la ciudad cayó en decadencia, comenzando una guerra fría entre los líderes, que se vio agravada cuando el Reino se hundió en la Tempestad y gran parte de la población lo abandonó para habitar el Reino Oscuro de Hierro. Especialmente intensos fueron los desencuentros entre Guerreros y Constructores, y Nobles y Escribas, lo que provocó que las instalaciones militares fueran desatendidas a favor de los templos y que las recomendaciones de los Escribas en el gobierno fueran perdiendo peso. Sin embargo, el Cuarto Gran Maelstrom constituyó un punto de inflexión, y tras su paso se alcanzó un acuerdo para reconstruir las murallas, que se encontraban muy dañadas, y los Constructores alcanzaron gran importancia. Sin embargo, su número era muy escaso y cuando llegó el Quinto Maelstrom las obras no estaban terminadas, por lo que la Necrópolis resultó duramente castigada y los Constructores sufrieron muchas bajas defendiendo las murallas, lo que provocó que la facción quedara prácticamente disuelta. Alarmados, los Escribas recurrieron al Espejo de las Lágrimas de Isis para adivinar el futuro y tomar el mejor curso de acción para la Necrópolis.

Las profecías reveladas se guardaron en secreto, y la facción de los Escribas abandonó el Consejo y comenzaron a tratar de convencer a los habitantes de Amenti de que abandonaran la Necrópolis si todavía conservaban Grilletes y acudieran a las Tierras de la Piel para ayudar a los Shemsu-Heru y el Culto de Isis, pues la batalla final contra Apofis y Set se encontraba cada vez más próximos. Muchos Wraiths fueron convencidos, pero su marcha debilitó todavía más la ciudad. Mientras tanto estallaron nuevas escaramuzas entre los Guerreros del general Dyeser y los Nobles del autoproclamado Gran Visir Semenejkara, mientras que los Sacerdotes encabezados por el Sumo Hierofante de Ma’at Pazair trataban de evitar que los enfrentamientos pasaran a mayores. Fue entonces cuando un grupo de Escribo reunió el valor para acudir ante Osiris, y tras exponerle la situación le preguntaron qué podía hacer para ayudar y evitar el inminente cataclismo.

Por primera vez en milenios Osiris habló, y el dios encargó a sus súbditos que pusieran a salvo los objetos y conocimientos que pudieran ser útiles en la batalla final contra el Olvido y les dijo que debían actuar en secreto y silencio, pues la ciudad estaba siendo vigilada. Debían buscar la complicidad de los aliados leales de Osiris, un grupo formado por 42 Wraiths. Este grupo consiguió salvar muchos elementos de Amenti y los ocultaron cuidadosamente en la Pirámide del Recuerdo. Para mantener a salvo la existencia de su tesoro secreto, decidieron hacer un último sacrificio y ser forjados en armas para defender su ciudad en la última batalla, pero a pesar de todo, ése no fue final.

Descripción

La ciudad de Amenti está rodeada por una muralla de un material equivalente al acero estigio de 52 metros de alto por 20 de ancho; la muralla cuenta con ladronera y parapeto y tiene 7 puertas de 5 metros de grosor. En su interior se encuentra dividida en barrios y carece de Ciudadelas. Entre los barrios más importantes se encuentran: El Barrio de las Pirámides, formado por 7 pirámides y una docena de mastabas destruidas en las Tierras de la Piel antes de la caída de Neter-Kertet en la Tempestad. El Barrio del Escriba, donde se ubicaba la mayoría de bibliotecas, incluyendo un reflejo de la Gran Biblioteca de Alejandría (si bien la original fue cedida a Estigia a petición de Caronte, se sacaron copias de todos los documentos) en cuyo centro se encuentra el Templo de Thoth vigilado por Babuinos Defensores Gigantes. El Barrio del Arsenal, donde se entrena el ejército y tienen su lugar las Forjas de Almas.

El Barrio de los Palacios, donde se alzan unos treinta palacios, desde el Palacio del Reino del Junco destruido por el victorioso Reino de la Abeja en el 3226 a.C. al Palacio de los Ptolomeos demolido por orden de Octavio tras la muerte de la faraona Cleopatra, para simbolizar el final de la independencia de Egipto. La mayoría de antiguos nobles y miembros de las distintas dinastías faraónicas habitaban aquí. El Barrio del Puerto situado al lado del reflejo fantasmal del río Nilo y con unos grandes muelles defendidos por birremes (aunque cuando la Ciudad pasó a la Tempestad este Barrio fue el primero en ser abandonado al quedarse el Nilo en las Tierras de las Sombras y quedarse los birremes encallados en el cauce seco del río). El Barrio de los Templos, donde cada dios adorado en Egipto tenía un templo y sacerdotes (excepto Seth y Apofis que tenían sus templos en el exterior de la Necrópolis y ningún sacerdote).

Otro lugar importante era el Mercado de las Eras, donde se vendía de todo, el Barrio Central, donde se juzgaba a los Lémures recién cosechados mediante la Balanza del Juicio, el Palacio Real de Osiris, donde permanecía el dios en reposo y el Templo de la Tríada de Osiris (Osiris, su esposa Isis y su hijo Horus), de trescientos metros de alto y presidido por estatuas de los tres dioses de cuarenta metros. En este lugar también se reunía el Consejo de Sabios, en un edificio de siete alas, con una sala central de 150 metros de alto. Un lugar evitado por la mayoría de los Wraiths era el Barrio del Laberinto, donde se encontraba un grupo de magos leales a Set, que llenaron el Laberinto de todo tipo de trampas y sembraron el terror por Egipto durante siglos, hasta que fueron derrotados poco después de la expulsión de los invasores hicsos de Egipto. Con el tiempo la fortaleza de los magos se desmoronó y terminó en Amenti. El Barrio del Jardín es un lugar lleno de flores, arbustos y árboles que forman una especie de laberinto verde que envuelve el Primer Templo de Isis. Se dice que crear este enorme jardín y edificar el templo en un solo día fueron los últimos actos de la diosa Isis en Amenti antes de marcharse para no volver nunca.

También se dice que las plantas se mueven y cambian periódicamente las ornamentaciones y patrones. Existen dos lugares ocultos en la Necrópolis que rara vez son encontrados, puesto que de alguna forma parecen cambiar su ubicación, que nunca resulta evidente. Uno de ellos es el Taller de Imhotep, donde en sus esporádicas visitas el sabio llevaba a cabo sus investigaciones sobre la naturaleza del Manto, la conversión de la Angustia en Pathos y un Hechizo de la Vida definitivo, que permitiera atravesar el Manto de un lado a otro sin problemas. Sin embargo, la mayor parte del tiempo Imhotep buscaba información fuera de la ciudad. El otro lugar es un pequeño lago conocido como El Espejo de las Lágrimas de Isis, que se dice fue creado por la diosa cuando llegó a Amenti y fue ignorada por Osiris, en un imperturbable trance. Su superficie se encontraba siempre tan calmada que parecía un espejo, facilitando el uso del Arcanos Fatalismo a quienes se reflejaban en el lago (-2 a la dificultad, mínimo 5). El Espejo de las Lágrimas de Isis cambia de lugar casi todos los días, lo que no impedía que los Wraiths de Amenti lo buscaran con frecuencia.

Tras el Sexto Maelstrom

Con la llegada del Sexto Maelstrom los Espectros arrasan la Necrópolis y pocas cosas quedan en pie, sin incendiar o saquear o las tres cosas a la vez, el Barrio de las Pirámides es el que sale mejor parado al sobrevivir 5 mastabas y las Pirámides, que aunque llenas de cráteres de la artillería espectral y saqueadas, son demasiado grandes para ser demolidas por los Espectros. Algunos birremes del Barrio Portuario se salvan de ser quemados por los Espectros al encontrarse en medio del cauce seco del Nilo, el Palacio de Osiris sigue intacto y la mayor parte de la Plaza del Juicio está libre de escombros, aunque con algunas grietas causadas cuando el Templo de la Triada de Osiris fue derribado por los Espectros. El Taller de Imhotep se encontraba demasiado oculto para que lo encontrasen los espectros e Imhotep mismo estaba fuera de la Necrópolis. El Espejo de Lagrimas de Isis también sobrevive al ser ignorado por los espectros.

El Barrio del Jardín es incendiado y el Templo de Isis demolido, pero lentamente el Jardín está recuperándose por sí mismo y quizás en pocos años retorne a su antiguo esplendor. De la misma manera, el Templo de Isis se reconstruyó solo en una semana, pero su decoración ha cambiado y ahora está lleno de jeroglíficos que narran el linaje de todos los dioses egipcios y en su altar hay una estatua de dos metros de Isis. El Templo de Thoth en el Barrio de los Escribas permanece intacto y con sus Babuinos Defensores Gigantes en perfecto estado pese a haber sido arrasado por los Espectros en cuanto Belisario y sus tropas se marchan. Sólo un puñado de espectros salvajes se quedan atrás cuando el ejército de Belisario se retira, pero pronto otros espectros acuden y se instalan en la ciudad pese a que la feroz diosa Ammit trata de cazarlos y devorarlos. También aparece una extraña presencia que caza a los Espectros y trata de congelarlos hasta que se enfrenten al Olvido Definitivo. Las facciones importantes que se instalan en Amenti tras el paso del Sexto Maelstrom son las siguientes:

Las Máscaras Negras de Set, un grupo de unos cien Espectros que consideran que el dios Set es indudablemente un Malfeo Nunca Nacido y tratan de atrapar a Wraiths y espectros para arrojarlos al brasero del Templo de Set. Aunque el Templo de Set sigue intacto, el grupo se ha instalado lejos, pues temen a algo que habita en el cercano Templo de Apofis.

Las Brujas Cortadores es un grupo espectral que ha formado un culto dedicado al Malfeo Lamachis el Devorador. Está formado por unos ochenta espectros, liderados por las Hermanas Hermosas, tres Despojados forjados a semejanza de Lamachis, armados con espadas de acero estigio y muy hábiles en su uso, que registran la Necrópolis buscando cosas que saquear y sacrificios para su señora.

Los Hijos del Dolor adoran el dolor como símbolo supremo del amor del Olvido por los Espectros, recorren los Derroteros buscando víctimas que torturar en su cuartel de la Necrópolis, antes un Templo de Ma’at. El culto está formado por unos setenta Espectros liderados por un Pasifae conocido como el Azote, que utiliza el culto como una fachada para sus propios planes, una misteriosa búsqueda.

Los Hijos de la Serpiente dicen adorar al Devorador de la Luz y creen que deben convertir la Necrópolis en ruinas en una Anfioskiópolis, por lo que se dedican a reconstruir los edificios en ruinas a su manera, esclavizando a todo el que pueden atrapar para que les ayude. De momento han conseguido construir una estatua dedicada a su señor y no tardarán en ofrecerle sacrificios. Se trata de un culto formado por unos sesenta espectros liderados por un Despojo conocido como el Señor Vendado que lucha con una descomunal hacha a dos manos.

Por último existen unos centenares de Espectros dispersos por las ruinas de Amenti y que cazan en la ciudad, pero en conjunto la mayor parte de la Necrópolis se encuentra totalmente abandonada y en ruinas. Los Espectros han aprendido por las malas a no acercarse a determinados lugares como la Plaza del Juicio, el Palacio de Osiris y el Templo de Thoth. Sus intentos por destruir el Templo de Isis no han tenido éxito, pues éste se reconstruye sin importar el daño que le causen. Muchos también han aprendido a evitar la ira de Anubis.

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