Por su parte, los Kuei-jin saben que la sangre no es más que una expresión (aunque sabrosa) de la esencia que fluye por todos los aspectos de la creación. Esta energía, conocida como Chi es la fuente de todo pensamiento, motivación, acción e incluso respuesta. En el Reino Medio, los seres que pueden acceder a las fuentes internas y externas de Chi logran una conexión con reservas de poder indescriptibles.
Los Kuei-jin, separados como están del ciclo de la vida y la muerte, no disponen de Chi natural propio. Su Karma es robarlo de los demás, logrando así la energía que sostiene su estado y alimenta sus Disciplinas.
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