La Corte del Emperador Amarillo estuvo activa especialmente durante el periodo Shang, jugando con la naturaleza sacrificadora de la religión. A menudo sus miembros revelaban a los chamanes mortales los secretos de sus magias, aunque lo más frecuente era que los explotaran abiertamente para obtener el Chi que necesitaban. Algunos Kuei-jin se hacían pasar por chamanes, empleando sus magias para subyugar a los mortales, infiltrarse en la Corte para influir en el emperador y prometer buenos augurios a cambio de poder y posición. También fue durante la Dinastía Shang cuando se reunieron y transcribieron los grandes textos de la filosofía y la historia Kuei-jin, en un periodo conocido por los Catayanos como La Escritura. Se pusieron por escrito las historias del Dragón, la Reina, los Reyes Yama y el Monte Meru, así como las grandes obras espirituales y meditativas de los sabios Catayanos.
Por supuesto, el Cielo no iba a permitir a los Kuei-jin liberarse de su maldición. Los gobernadores demonio del Emperador Amarillo fueron derribados de sus pedestales por el derrocamiento de la dinastía y el surgimiento de los nómadas Chou, entre los que operaban algunos cazadores de brujas de especial habilidad, descendientes y aprendices de un gran hechicero del sur llamado Yi. Mientras los Chou vencían y eliminaban al corrupto emperador Shang, sus guerreros y magos cayeron sobre los Kuei-jin que vivían en la corte y en los templos. Muchos Kuei-jin perecieron y el resto huyó a las colinas y a las regiones más remotas. Durante las últimas décadas de los Chou surgieron los grandes filósofos y escritores clásicos, como Confucio y Lao Tzu, abriendo nuevas vías de pensamiento. Los eruditos Kuei-jin adoptaron muchos de los preceptos articulados por estas escuelas para comprender de mejor forma sus Dharmas.
El ascenso de la breve Dinastía Qin, que reunió a todos los estados en una China unificada bajo Qin Shihuang, Príncipe Emperador Exaltado, inició un período de brutalidad y persecución por todo el país. Con el objetivo puesto en la total estandarización y en el aplastamiento de cualquier desviación respecto a la política oficial, los Qin destruyeron todas las obras de los pensadores filósofos anteriores a su era. Este periodo conocido como La Quema de los Libros en la historia mortal, resultó en la destrucción de grandes obras de la filosofía mortal, así como en el exterminio de cientos de eruditos disidentes a los que se solía enterrar vivos. Junto a las obras mortales, los Shih aprovecharon la Quema para destruir cientos de tratados sobre historia Kuei-jin, progreso espiritual y rituales mágicos... junto a muchos de sus autores. Los Catayanos que escaparon de las llamas se retiraron a las Cuevas de los Hombres Altos, en el centro de China, donde los humanos no podían seguirles. Lograron hacerse con algunos libros clásicos, aunque normalmente en fragmentos sueltos.
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