Entre los mortales, la conducta se hace cada vez más fija con la edad: no puedes enseñarle a un perro viejo trucos nuevos. Esto es aún más acusado de inmortales de muchos siglos de edad. Los psicólogos Takeouji no están seguros de si ello es un resultado de seguir un camino Dhármico establecido o sencillamente la forma en que los Kuei-jin envejecen. En general, los rasgos de personalidad se vuelven más marcados con la edad. Esto es cierto para todos los Dharmas, incluso los Árboles Desarraigados, que adoptan personajes más extremos con mayor rapidez a medida que pasa el tiempo.
Un factor que parece complicar este proceso es el P'o. A medida que el Kuei-jin se hace viejo, su Demonio puede crecer, ya sea junto a su Hun o de forma independiente de éste. Ciertos P'o parecen añadir un elemento aleatorio a la personalidad del Kuei-jin, contrarrestando, o cuando menos alterando este proceso. En otros casos, el P'o parece acelerado, limitando la versatilidad del Hun del Kuei-jin. Aunque es difícil, los Takeouji tratan de aprender todo lo que pueden sobre los Demonios de los antiguos.
Resulta sencillo para los Takeouji ver en el lenguaje chillón de un mandarín exigiendo la debida colocación de las cortinas de una habitación un signo de que no está presente en el mundo tal como es ahora. Esto es un error. Aunque ciertos antiguos Kuei-jin pueden mostrar características infantiles, no parece que los Kuei-jin experimenten senilidad. En vez de eso, a medida que el mundo cambia, se encuentran menos cómodos con lo nuevo y más obsesionados por obrar a la vieja manera en situaciones paralas que sencillamente no es apropiada. Esto significa que un mandarín que está vociferando acerca de una violación de la etiqueta probablemente es del todo consciente de su entorno y sigue siendo capaz de pensar y reconocer amenazas. Lo único que ocurre es que siente que las viejas fórmulas sociales (aquellas con las que fue educado y que ha usado durante siglos) son las que deberían seguirse. Un Príncipe de Bambú no debería subestimar la habilidad de este mandarín para captar una conducta condescendiente o estratagemas obvias.
Los Príncipes de Bambú han aprendido varios métodos para utilizar las rarezas de personalidad de los dame-sama para obtener ventaja. En primer lugar, los antiguos Kuei-jin son a menudo impresionados favorablemente por "jovencitos" que muestran apreciación por sus maneras. Aunque los fundamentos de la etiqueta de la corte pueden ser preceptivos, desarrollar un entendimiento sobre el té, la caligrafía o la ópera puede hacer que un shifuku parezca más próximo a los eunucos. Muchos antiguos Kuei-jin incorporan un deje de nostalgia a sus obsesiones por el pasado, en particular porque el pasado se aleja cada vez más. Con algo de investigación, un Takeouji debería ser capaz de sacar provecho de esos sentimientos, ya para aumentar el aprecio de un antiguo hacia él, ya para inducirle hábilmente a realizar alguna acción insensata que reduzca el respeto que los otros tienen por él.
Estimado Ministro
Creo que me estoy acercando a los pérfidos Príncipes de Bambú que ciertamente infestan Tokio. He estado preparando a Inoue Kenichi, uno de mis discípulos, para que sea aceptado por estos revolucionarios como uno de los suyos. Recientemente, un Kuei-jin que responde al nombre de Irezumi se ha puesto en contacto con él. Le dijo que tendría una oportunidad para probar su lealtad y ser admitido finalmente en las filas de los Príncipes de Bambú.
Le he avisado que me informe de todo lo que se entere, pero que represente el papel que se le ha asignado, a fin de ganarse mejor la confianza de esos traidores al Gran Principio.
Vuestro agradecido ciervo
Omori Hideo.
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