Pravat fue arrojado contra la rugosa superficie de piedra de la antigua tina por el poder del golpe del Ministro de la Luna. Antes de que pudiera ponerse de pie, su agresor alzó a Pravat por el cuello y éste pudo ver su sobra extendiéndose a través de las viejas piedras. No podía introducir aire por su pregunta, así que hizo que sus labios formaran las palabras. -¿Por qué?
El Miniistro de la Luna miró fijamente a los ojos de Pravat mientras extraía su cuchillo ceremonial de su vaina. -Decha te oyó hablando con el japonés. No le gustaron las palabras "toma de posesión hostil".
¿Toma de posesión hostil? Habían estado hablando sobre la compañía americana para la que la hermana de Pravat trabaja. Iba a haber despidos pronto. Pravat luchó por hacer salir las palabras, para explicar la verdad antes de que el Ministro de la Lula le cortase la cabeza.
Mas aún cuando los mandarines y ancestros tienen mucho más poder y experiencia que los Príncipes de Bambú, tienen asimismo varios graves defectos. En muchos casos, los Kuei-jin de las cortes no tienen la menor idea de lo que los Príncipes de Bambú están haciendo. Pueden espiar a un shifuku y a sus asociados sólo para oírles hablar de adquisiciones por apalancamiento, biotecnología y proveedores de servicios de Internet, todo lo cual no significa nada para los antiguos. Saben que el shifuku trama algo, pero no saben qué. Esta barrera de información aumenta la incomodidad que los antiguos sienten respecto a los Monos Corredores, a veces hasta tal punto que los atacan ciegamente incluso cuando los jóvenes Kuei-jin no están planeando nada en realidad más allá de sus viejas preocupaciones mortales.
Otra debilidad de la corte es que se halla tan fragmentada como los Príncipes de Bambú. Mandarines y ancestros muchas veces están más interesados por su propia posición dentro de la corte que por continuar la misión del Magno Arhat. Un mandarín que descubre a un shifuku es más probable que use ese conocimiento para manejar al joven Catayano contra uno de sus rivales que para limitarse a destruirlo acto seguido. Esto puede conceder al Mono Corredor algún tiempo, pero también puede añadirlo a la lista de enemigos. Si el Takeouji es listo o afortunado, puede que descubre cómo y por qué está siendo utilizado e intente idear alguna estrategia para aprovecharse de la situación, o al menos minimizar el daño.
Claro está, siempre ha de tenerse en cuenta la circunstancia de que en muchos aspectos los Príncipes de Bambú tienen razón. Las cortes ya no parecen capacitadas para la tarea de combatir, y mucho menos derrotar, a los Reyes Yama. Algunos dame-sama sospechan que podría ser el momento de escuchar a los jóvenes Kuei-jin, dado que comprenden el Reino Medio actual... pero antes de que esa idea llegue demasiado lejos, el P'o está más deseoso de empujar a golpes a los Kuei-jin errantes de vuelta al sendero de la tradición.
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