Jugando la Partida

Una de las más extrañas neurosis de los antiguos consiste en que se vuelven tan ahítos del Reino Medio que comienzan a considerarlo todo como una metáfora o una partida de ajedrez. Se sienten ellos mismos demasiado refinados para obrar en tal vulgar mundo, así que manipulan a otros para que representen sus designios en un involuntario juego de alguna clase: el xiang-qi es el más común. Los Kuei-jin orientados al Yin son los más propensos a esta abstracción, pero incluso los Kuei-jin Yang la han manifestado de cuando en cuando. De todos los Dharmas, las Grullas Resplandecientes son quienes adoptan esta conducta con más frecuencia; les gusta que las cosas sigan reglas impredecibles.

Cuando un mandarín o ancestro asume el rol de general de este juego, comienza a ver a los Kuei-jin y a otros shen como piezas que mover en algún tablero en su mente. algunos incluso van tan lejos como para jugar contra otro antiguo, haciendo entrar a la gente en contacto y conflicto de acuerdo con sus posiciones asignadas en el juego. Estos juegos tienen lugar por lo general durante años antes de que alguien descubre por qué la intriga de la corte se ha vuelto de pronto tan traicionera, sobre todo porque nadie espera que tales trivialidades se conviertan en un asunto de no vida y muerte.

Resulta aterrador que los eunucos puedan ser así de peligrosos cuando sólo están jugando, pero un Príncipe de Bambú que sepa lo que ha de buscas podría ser capaz de volver tal juego a su favor. En primer lugar, los antiguos rara vez son sutiles a tal respecto. A menudo dejan el tablero de juego a l avista, imaginando que sus invitados nunca podrían adivinar que su posición inferior está representada sobre el tablero. Otra señal de advertencia es cuando los dame-sama intercalan metáforas xiang-qi en su habla normal y parecen ver al mundo como una abstracción. Encontrar un antiguo con estas características no garantiza que esté usando a la corte para su juego de xiang-qi, pro es algo que los Takeouji han aprendido a esperar.

Un shifuku que descubre que forma parte del juego de su mandarín puede sacar ventaja de ello de varias maneras. Primero, debería estudiar el tablero siempre que pueda y tratar de descifrar qué pieza corresponder a cada shen. Una vez ha descubierto quiénes son al menos algunas de las piezas, puede comenzar a jugar su propio juego. Si observa que dos piezas (dos Kuei-jin) están a punto de ser manipuladas para entrar en conflicto, puede advertirles de forma anónima de un plan para usarlos. O bien podría impresionar a los otros mandarines con su capacidad de penetración en la política de la corte pronosticando próximos problemas basados en las jugadas disponibles sobre el tablero de ajedrez. Como sucede con todas las tácticas contra los dame-sama, los Takeouji necesitan ser cuidadosos, pues esta clase de antiguo puede tomar sus juegos muy en serio... lo bastante para convertirse en un asesino cuando un simple Mono Corredor arruina su refinado y metódico juego.