Los Ichimi

Un ichimi bien preparado dispone al menos de dos casas seguras, cada una con un alijo de armas y herramientas. Las casas seguras pueden ser apartamentos, barcos en el puerto, cámaras olvidadas y apartadas de los túneles del metro o cualesquiera otras disponibles, pero han de ser lo bastante grandes para que el ichimi se reúna y haga planes dentro. Un ichimi debería contar también con comunicación segura con otros ichimi de la región, a poder ser electrónica así como en persona. La mayoría controla una o dos Pantallas Escarlata útiles, pero algunos sólo tienen un puñado de contactos y amigos. Por último, un ichimi debería tener un muy bien pensado plan de escape, por lo común al territorio de otra corte, por si algo fuera mal.

Los Príncipes de Bambú no tienen el tiempo y los recursos para asegurarse de que cada ichimi tiene un miembro que represente a cada una de las cinco direcciones, pero intentan cerciorarse de que entre los miembros alguien tenga alguna habilidad con las armas, idiomas, misticismo y electrónica. Han de equilibrar las necesidades de autosuficiencia con la de seguridad. Los ichimi grandes lo son demasiado para esta clase de labor revolucionaria. Los ichimi de tres a seis miembros parecen operar mejor; si es necesario un grupo mayor para una misión particular, dos o más ichimi pueden trabajar en equipo.

En general, cada ichimi tiene su propio shima, o territorio, en el que actúa, pero no están tan limitados. Los shima pueden superponerse en regiones pobladas mientras a nadie le importe. En lugares donde hay gran cantidad de ichimi, como Tokio o Singapur, ciertos grupos se especializan en ciertas ramas. Un ichimi se especializa en reclutamiento, otro en vigilancia, demoliciones, asuntos legales o cualquier otra cosa que necesite hacerse. Fuera en el campo, en cambio, puede haber sólo un par de Príncipes de Bambú cubriendo cientos de kilómetros cuadrados. Los Takeouji deben trabajar con lo que tienen.