La Historia y los Precedentes

Cuando el mundo entra en un nuevo milenio, la característica predominante de la guerra fría entre Kuei-jin y Cainitas es la ignorancia. Durante miles de años, las dos culturas han existido en relativo aislamiento; como ocurre con muchos aspectos de la existencia sobrenatural, su habilidad para la interacción vino definida por las costumbres mortales (en este caso, el alcance de la exploración humana).

Las dos regiones en las que Kuei-jin y Cainitas podrían haberse relacionado presenciaron escaso contacto por diferentes razones. En Rusia, las pasiones vampíricas se enfocaron hacia Europa y hacia el resto de los Vástagos; ni Baba Yaga ni sus sucesores provisionales tuvieron interés o tiempo para los extranjeros del este. En cuanto a las cortes de China, pronto descubrieron que aquellos infortunados individuos que se aventuraban en los helados yermos más allá de Mongolia no regresaban.

Los Ravnos de la India tuvieron más oportunidades de encontrarse con los Kuei-jin de la Corte de los Truenos Infinitos, pero (como más de un antiguo Ravnos ha señalado) ¿qué bien le supone a un Ravnos contar a los otros clanes todo lo que sabe sobre cualquier cosa? Otros Vástagos que moraron en la India, suponiendo que sobrevivieran a la experiencia, se hallaron con la desconfianza de sus congéneres de sangre al volver a casa, quienes los tuvieron por un tanto extraños, y pasaron por alto sus informes tachándolos de exagerados. En el otro lado de la balanza, la Corte de los Truenos Infinitos, aislada por la geografía y la costumbre de otros Kuei-jin, escogió vivir en paz con sus extraños primos en vez de hacerse con más problemas.

En tanto que los viajes de Marco Polo supusieron un importante cambio en las actitudes de los mortales hacia el contacto entre Oriente y Occidente, a Kuei-jin y Kin-jin les llevó algún tiempo acostumbrarse a la idea de tales travesías. Los peligros del viaje (naturales y sobrenaturales) entorpecieron, además, las ambiciones de cualquier vampiro o Kuei-jin con la intención de seguir los pasos del veneciano. Las travesías por mar estaban plagadas de piratas y tempestades, y los viajes por tierra suponían penalidades, bandidaje y enfermedades. Era más probable que aquellos osados Vástagos que sobrevivían al viaje se encontrasen a un Shih errante que a un Kuei-jin, dado su grado de abundancia. Cualquier Kuei-jin que fuese en la dirección opuesta (una tarea más difícil, en primer lugar) se encontraba con que los Cambiaformas del oeste tenían una clara preferencia por los cadáveres ambulantes contaminados de P'o.

Finalmente, el viaje transcontinental se convirtió en algo mucho más común. No hay que dejarse confundir por las circunstancias modernas, no obstante; hasta el mismo final del siglo pasado, un viaje de Londres a Hong Kong era todavía poco común, caro y peligroso. Además, una vez llegado, no había forma de enviar mensajes ni informes de vuelta a casa con rapidez. Hubo que esperar hasta después de la Segunda Guerra Mundial para que el avance tecnológico y los intereses económicos se combinaran para facilitar la comunicación rápida de Oriente con Occidente.