Los habitantes de China ven a su emperador como el señor definitivo sobre todas las cosas, incluidos el paso del tiempo y de las estaciones. Es de imaginar que resultará hilarante la próxima vez que el emperador ordene al sol que salga más tarde de su hora. Recordad que este es el mismo trono que fue incapaz de mantener a unos pocos miles de Ru Zhen vagabundos en su lado de Kaifeng. Sin embargo, puede que mis juicios resulten demasiado insolentes. Continuaré con el tema central de mi narración. El emperador y su corte crean el calendario para cada año. En vez de hacer algo sencillo, como señalar el equinoccio de invierno cada año, los chinos datan el comienzo de su año tras el solsticio de invierno. Por lo tanto, el año se extiende enormemente.
Hay doce día adicionales en cada año, que, al parecer, se añaden al azar a un año o a otro. Creo que esto es otro instrumento de la corte imperial, ya que sin los calendarios que proporcionan al pueblo, sería imposible para un mortal normal determinar el comienzo de la estación de siembra.
Los sujetos chinos miden el paso de los años en dos ciclos: uno de 12 años basado en diferentes animales (rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo) y uno de 10 basado en los elementos, en el que cada uno ocupa dos años consecutivos: metal, agua, madera, fuego y tierra. De este modo, el ciclo tarda 60 años en repetirse. Según este sistema, este es el año de la serpiente de fuego.
Si te gustó o fue útil no olvides compartir
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario