Las Cinco Augustas Cortes
Los mandarines de las Cinco Augustas Cortes son un grupo
dividido, y no han actuado juntos desde que firmaron el Tratado
del Quincunx. El Gran Salto al Exterior sólo es una excepción
parcial a esta regla. Ninguna de las cortes está por completo desinteresada por el resultado del Gran Salto al Exterior, y cada una
de ellas ha enviado representantes para ayudar en la lucha, pero
el mayor peso del ataque recae sobre la corte que le dio origen:
la Corte de la Sangre de Pekín.
Aunque la Corte de la Carne ha ganado poder desde el final
de la guerra de Shanghái contra los Cainitas y los Kuei-jin japoneses, los Mandarines Silentes han dejado bien claro que la acción apropiada requiere la consolidación del poder. Es demasiado arriesgado enviar a la joven fuerza de Shanghái a otra
batalla más; si bien todos los Kin-jin han huido de la ciudad y
los japoneses se están lamiendo las heridas, no hay ninguna
garantía de que no vuelvan a involucrarse con Shanghái si ésta
de pronto se volviera vulnerable. Mostrar debilidad ahora podría arruinar la labor de décadas.
La Corte de la Llama es de opinión similar, e incluso más
reacia a ayudar en la batalla. Shanghái ha resuelto su guerra,
al menos de momento, pero Hong Kong sigue luchando una silenciosa y encarnizada batalla. No sólo gran parte de Hong Kong
está bajo control Cainita, sino que los Diablos Justicieros de
Kowloon siguen resistiéndose al justo dominio de la Corte de la
Llama. Hasta que estos asuntos estén zanjados, no hay cuerpos
que reservar para inciertas cruzadas en el oeste.
La Corte de la Sangre ejerció presión sobre los Mandarines
Silentes y la Corte de la Llama para que al menos compartiesen su
conocimiento sobre las debilidades Cainitas. Después de todo,
pocos Kuei-jin saben más sobre las mejores formas de luchar
contra los occidentales. Ambas cortes enviaron consejeros en respuesta, tal vez porque la Corte de la Sangre se aseguró de dejar
claro que su petición se dirigía a ambas cortes.
En esta serena pequeña competición por el estatus, la Corte
de la Carne se ha puesto en cabeza; los agentes de la Corte de la
Llama son buenos para la teoría, pero la triste verdad es que los
Torbellinos Victoriosos pasan más tiempo peleando contra los
Kin-jin que cualquiera de la Corte de la Llama. Mientras tanto, la
Corte de la Carne cuenta con años de experiencia directa, de la
que hace buen uso.
La política aislacionista de la Corte de Jade no ha cambiado
pese al Gran Salto al Exterior. Esto no supone en realidad una
molestia para la Corte de la Sangre, aunque los mandarines de
dicha corte lo aprovechan como otra oportunidad para difamar
a la Corte de Jade; hay pocos efectivos para el combate en el
Monasterio Shaolin, y mientras la Corte de Jade no condene la
invasión, las Cinco Augustas Cortes parecen al menos seguir de
acuerdo en la cuestión. Meng Liuchun, un bodhisattva de la
Corte de Jade, profetiza que el Chi de la Corte de la Sangre
fluirá débil y pálido en las costas occidentales, pero fuera del
Templo Shaolin, nadie le escucha.
La Corte del Osario también se inclina hacia el aislamiento.
Sus mandarines se encuentran gustosos de enviar unos pocos
Kuei-jin para ayudar, pero con respecto a la Corte de la Sangre, la
contribución es sin duda muy pequeña. Los mandarines de la
Corte del Osario esperan que el lado místico del Gran Salto al
Exterior dé como resultado nuevos caminos por los que aproximarse a los lugares sagrados del Tíbet.
Cómo no, los wu y Kuei-jin particulares pueden elegir acompañar a las fuerzas de la Corte de la Sangre por su propia iniciativa, y muchos lo hacen. Algunos están dichosos de ponerse bajo
el mando de los mandarines de la Corte de la Sangre, y otros
buscan la gloria a su manera. Algunos sencillamente pretenden
aprovecharse de las migajas que siempre caen a los carroñeros en
tiempos de guerra. California es, por el momento, morada de
toda suerte de Kuei-jin, y el Vástago que dé por sentado que todo
visitante es un enemigo es sin duda un necio.
Otras Cortes
Otras Cortes de Asia están manteniéndose bien aparte de la
Invasión de Jade, y lo harían así aunque las Cinco Augustas Cortes fuesen lo bastante estúpidas para pedirles ayuda. Las Cortes
Verdes y las Cortes Doradas preferirían morir a servir como los
peones de los Kuei-jin chinos; además, están preocupadas por
sus propias batallas. La opinión general en estas cortes es que la
Invasión de Jade es un divertimiento de la Corte de la Sangre, con
el propósito de beneficiar únicamente a los chinos. Tal vez si
tiene éxito, habrá un tiempo en el que el sudeste de Asia mirará
hacia occidente, pero no ahora.
Los Bishamon de Japón se encuentran en una situación parecida. Los tradicionalistas tienen bastante que hacer en el mismo Japón sin tener que prestar ayuda a las odiadas Cinco Augustas
Cortes. No obstante, los Genji están muy interesados en el Gran
Salto al Exterior. Aunque no han sido invitados a unirse al cuerpo
principal del ataque, por supuesto, han enviado fuerzas a California
y están bien preparados para lanzar su poder a la batalla de una
forma u otra, según lo exijan las circunstancias.
Mientras tanto, los Bishamon se sientan en sus ciudades y
contemplan los beneficios del incremento de sus esfuerzos por
liberar Japón de la influencia china. Los mandarines del clan están hablando a ciertas facciones de las Cortes Doradas acerca de
provocar distracciones en la frontera meridional de China; está
por verse si surge algo de estas conversaciones.
Liderazgo
El líder oficial del Gran Salto al Exterior es un tal Mandarín
Hao, antiguo residente de Pekín, maestro del Shintai de Hueso,
el Prana Yin y el Arte del Tapiz, y seguidor del Camino de la
Grulla Resplandeciente. Los susurros de la Ciudad Prohibida dicen
que tiene más de medio milenio de edad y que ha estado presente en cada reunión importante del Quincunx durante varios
siglos. No hay ningún susurro acerca de lo que ha hecho en
esos encuentros, y para algunos, ésa es la evidencia más poderosa de su influencia.
Hao es un ser en extremo calculador. En vida, era un miembro menor de la plebe burocrática, pero el Segundo Aliento
centró su mente maravillosamente; tal vez podría haber estado
entre las grandes inteligencias de China si no hubiera necesitado la muerte para revelarle su propio potencial. Hao se deleita
en el subterfugio y los dobles sentidos, y es tan paciente como
el polvo cuando surge la necesidad.
Naturalmente, sigue el camino del norte.
Le divierte en gran medida emplear a los más jóvenes y temerarios de su clase como guerreros. Cree que su entusiasmo le
servirá de mucho para ocultar sus verdaderas tácticas. Distrayendo a los repulsivos Cainitas con la violencia que conocen tan
bien, planea ganar el espacio necesario para infiltrar a sus más
refinados seguidores en el mismo tejido de California hasta que
no puedan ser destrabados.
Sus aliados y ayudantes inmediatos son los miembros del
wu mandarín conocido como Moradores del Templo Ortodoxo.
Durante siglos, los Moradores han servido como ejecutores de
la voluntad de la Corte de la Sangre; el Gran Salto al Exterior es
solamente uno más en una larga línea de desafíos a los que han
hecho frente y vencido. El líder de los Moradores del Templo
Ortodoxo es un bullicioso Dragón Tundidor que se llama a sí
mismo Wu de la Zancadilla del Mono. La misteriosamente humorística naturaleza de Wu constituye un excelente contrapunto al helado cinismo del Mandarín Hao, como ambos Kuei-jin
admiten sin reservas.
Agrupamientos
La Invasión de Jade no es una acción monolítica; no se trata de
una guerra que se libre con movimientos de tropas y grandes batallas. En toda California, no hay más de trescientos Vástagos, y es
una estimación muy generosa. La misma Los Ángeles, junto con
San Diego, alberga a la mayoría de ellos, con ciento setenta y cinco
Vástagos; alrededor de sesenta y cinco más vigilan nerviosos desde
San Francisco y Silicon Valley, mientras que unos quince residen en
la capital del estado, Sacramento. Los demás están diseminados
entre las zonas metropolitanas más pequeñas del estado.
La presencia Kuei-jin
es incluso menor; como mucho, ciento cincuenta Catayanos han hecho el viaje a las costas de California.
Las Cinco Augustas Cortes no mandan ni pueden mandar ejércitos. Aunque los ancestros de una corte en teoría cuentan con la
absoluta lealtad de sus súbditos, es de sabios que consideren la
orientación de un wu antes de enviarlo.
Un wu orientado al centro, dedicado a estudiar los caminos de los hsien, es improbable
que avance en su sendero si es enviado a matar Kin-jin a Los
Ángeles... y mandar a un wu lejos de su orientación podría ser de
lo menos armonioso.
De tal manera, los mandarines de las Cinco Augustas Cortes
escogen sólo a aquellos wu adecuados para el Gran Salto al Exterior. Muchos Tigres-Diablo se unen con entusiasmo a la refriega,
ansiosos de nuevas experiencias en las tierras de California. Ciertas facciones de las Flores de Hueso estaban sólo un poco menos
interesadas que los Tigres-Diablo, no tanto por la batalla misma
como por las oportunidades de aprendizaje que podrían seguirla.
Las Grullas Resplandecientes llenaron las filas, determinados a
traer orden y estructura a las caóticas tierras del oeste. Por supuesto, la Invasión de Jade no estaba limitada a esos tres Dharmas;
varios Ciempiés y Dragones Tundidores eligieron seguir al
Mandarín Hao, algunos por sus propias razones y otros porque
era la voluntad de su wu.
Los Shen
Pocos de los shen pueden permitirse hacer caso omiso de las acciones de las Cinco Augustas Cortes. En conjunto, son tan poderosas como cualquier grupo de intereses de Asía: siendo así, su actuación sin molestarse puede enviar un gaznate dando tumbos a miles de kilómetros de distancia... y el Gran Salto al Exterior es mucho más que una acción ociosa.
Los hengeyokai, en su mayor parte, son de la opinión de que cuanto más tiempo pasen los Kuei-jin en tierras extranjeras, menos habrá para corromper el aire de Asía. Y si sus primos extranjeros se ven afectados por el Gran Salta al Exterior, bueno, si no fuesen bárbaros e idiotas podrían haber sido capaces de olfatear esta llegada. Mientras tanto, es un buen momento para ejercer influencia de nuevo en casa.
Los hsien están más preocupados; como dioses, puede ser necesario impedir que los Muertos Famélicos coman almas que no les pertenecen. Por desgracia, no está nada claro cómo podría hacerse esto. Entretanto, los hsien vigilan y se inquietan.
Del mismo modo, los Shih no están nada contentos con los presentes acontecimientos. Está claro que el orden de las cosas no incluye la invasión en masa, pero no puede negarse que hay gente en Occidente cuya herencia espiritual se encuentra en Asía. Más, limitarán los Kuei-jin sus depredaciones a su presa natural? Varios Shih han hecho el viaje a California para investigar y observar. Mientras tanto, la Fuerza de Ataque Cero no tiene ninguna idea acerca de qué hay detrás de la súbita disminución de la actividad demoníaca en China.
Los Zaibatsu creen que las acciones de los Kuei-jin no pueden evitar que los maestros de la realidad ejerzan su voluntad. Estén o no en lo correcto, están dichosos de sentarse y aplicar su dominio económico sobre California asta el grado que el resto de la Tecnocracia permita.
Los wraiths de las Cortes Amarillas tienen más intereses en el Gran Salto al Exterior de lo que podría pensarse. A medida que Yu Huang conduce a su imperio hacia la guerra con Estigia, una alianza con aquellos que están considerando una invasión de las Tierras de la Piel del territorio estigio podría ser un arreglo beneficioso para ambos.
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