Par Yung-lee

Para Yung-lee, la exuberancia de su vida en las calles de Hyamung de ninguna forma lo preparó para su no-vida con los ch’ing shih de las Cortes Verdes. Sus instintos de supervivencia y su astucia natural le permitieron soportar el en apariencia eterno ré, pero a los pocos meses de conseguir el rango de kôa, el joven Dragón Tundidor estaba decidido a encontrar una manera de escapar de las formas lastradas de Yin de sus antiguos. Un arrogante Flor de Hueso de Seúl le proporcionó la oportunidad desafiándole en una guerra del crepúsculo con ocasión de unas palabras imprudentes acerca de la Senda Paralela. A Yung-lee y su oponente se les ordenó viajar a Nanjing y volver con diez kilos de jade cada uno.

Aunque Yung-lee perdió la guerra del crepúsculo, se regocijó por su libertad, y cuando regresó, no perdió tiempo en provocar a otro. En los siete años transcurridos desde su Segundo Aliento, Yung-lee ha estado envuelto en más de una docena de guerras del crepúsculo, aun ganando sólo un par. Ha sido enviado a más partes del Reino Medio de las que muchos antiguos de su corte han visto, y algunos jina temen que su lealtad no se encuentre con las cortes.

No obstante, Yung-lee siempre ha cumplido sus misiones y todavía se conduce con propiedad cuando está en Corea. Los mandarines y antiguos parecen contentos de usar su ansia de ver mundo en su beneficio. Todo cambia, sin embargo, incluso la intervención de Yung-lee en la no-vida. En su última guerra del crepúsculo, una incursión de espionaje a Singapur, se reunió con algunos Príncipes de Bambú y ha comenzado a abrigar pensamientos acerca de unirse a la batalla por el futuro de los renegados. Yung-lee puede ser encontrado en cualquier parte del Reino Medio, siguiendo los Preceptos de su más reciente guerra del crepúsculo sin premura indebida, o (si se halla en Corea) buscando otra oportunidad de escabullirse.