Al comienzo de esta lección, subrayé que no somos lo
que fuimos antaño. Cuando la Augusta Personalidad de
Jade creó el universo hace miles de años, otorgó a los
mortales más valiosos la inmortalidad, junto con un gran
poder. Estos eran conocidos como los Wan Xian, los Diez
Mil Inmortales. Se dice que podían mover montañas. Poseían la sabiduría de dioses y la hermosa música espiral de
los cielos les seguía en sus viajes a lo largo de la tierra.
Por ejemplo, mira el amor trágico de Wang Yuanfeng y
Yu Xiaocui: La hermosa y sabia inmortal Xiaocui se enamoró de Wang Yuanfeng, el hijo del campesino, aunque
este era un idiota, casi incapaz de hablar. Xiaocui le amaba
lo suficiente como para curar su mente y ayudarle a pasar
las pruebas impuestas por la Augusta Personalidad a todo
aquel que quisiese convertirse en inmortal. Lo introdujo
en la gran familia de los Wan Xian, y su amor fue fuente de
gozo para las mismas piedras de la tierra.
Dos siglos más tarde, la princesa dragón Cai Wai tentó a Yuanfeng para apartarle de su amor eterno, y el
llanto de Yu Xiaocui hizo apagarse a muchas estrellas en
el mar de la tristeza. Cuando Xiaocui, dominada por los
celos atacó a Cai Wai, Wang Yuanfeng declaró la guerra
a su antigua amante. Al igual que muchas guerras de los
Wan Xian, esta fue causa de grandes dificultades. Usando
los ríos y mares del Reino de Fu Yi como armas, Wang
Yuanfeng y Yu Xiaocui inundaron la llanura de Diyang
ahogándola. Este clase de tragedias eran frecuentes en la
Edad de las Leyendas, ya que los amores de los Wan Xian
podían sacudir los cielos. Los inmortales luchaban por
cosas como los mortales a los que amaban u odiaban, los
hijos a los que más adoraban o con los que se casarían.
Esos eran días de fiereza.
Los Wan Xian eran tan sabios como apasionados. La
Augusta Personalidad de Jade llevó a los más sabios de
ellos a los cielos para que le sirvieran directamente, y dejó
en el mundo entradas para que los mortales se pudiesen
unir a las filas de los inmortales. Tal vez fue este el primer
paso para la caída de nuestros ancestros. La Augusta Personalidad no eligió a dedo a los nuevos inmortales. Cualquier mortal que fuese capaz de pasar las pruebas que
había establecido, se ganaba el poder de un Wan Xian.
Los pocos ancestros con los que hablo sobre este periodo hablan de tristeza, de decadencia y de rabia agonizante.
Los Wan Xian integraron en su sociedad a los recién llegados,
y a medida que los inmortales más antiguos iban al cielo para
servir directamente a la Augusta Personalidad, las generaciones más jóvenes obtenían posiciones de poder y respeto. A
cada siglo quedaban en el mundo menos inmortales de los
escogidos a mano en la corte del Emperador Celestial.
Este ciclo se repitió durante miles de siglos, hasta que
los sabios reyes Wan Xian desaparecieron para dejar su
lugar a los déspotas lascivos. Los eruditos que antaño buscaban el significado poético oculto en la lluvia, escarbaron
en las profundidades de Yomi Wan en busca de secretos
de magia negra y robaron el Chi de los mortales y siervos
de la burocracia celestial. La Augusta Personalidad de Jade
había establecido pruebas por todo el mundo para asegurar que solo los más fuertes, morales e inteligentes pudieran librarse de las cadenas de la mortalidad, pero los mortales inmorales trastocaron sus intenciones originales y
“resolvieron” las pruebas sin demostrar realmente su valía. Finalmente, Tien Lu arrancó la última flor del árbol de
la inmortalidad, y tres de los cuatro Wan Xian originales
que quedaban, resignados al fuego que se avecinaba, se
dirigieron al cielo antes de que la Augusta Personalidad de Jade dejase caer su maldición sobre el resto de los Diez Mil inmortales. Estos se convirtieron en los Wan Kuei, los Diez Mil Demonios.
Al principio sólo hubo un cambio sutil. Las pruebas de la Augusta Personalidad de Jade, que antes otorgaban la inmortalidad, se trastocaron y pasaron a formar parte de Yomi Wan. Mientras que antes, un mortal debía viajar a la tierra de los espíritus más sabios para obtener su favor, ahora ese mortal debía morir con la mente llena de crueldad y escapar del Infierno del Bosque Ardiente sin perder su salud mental. Los Diez Mil Demonios no respiraban, y tenían que robar Chi para no sucumbir a la muerte.
Finalmente, se formaron dos grupos entre los Wan Kuei. Los más sabios, que habían elegido seguir un sendero de Dharma para obtener la iluminación, fueron capaces de ser cuidadosos al verse asfixiados por el hambre. Los más arrogantes, que se habían involucrado en los aspectos más mundanos de la vida, carecían de apoyo espiritual al que aferrarse cuando se vieron invadidos por sueños de sangre.
Hoy en día, llamamos a estos segundos Wan Kuei chih-mei. Por supuesto, eran chih-mei increíblemente poderosos, a diferencia de los Wan Kuei renacidos de la actualidad. Los filósofos y poetas que no perdieron la cabeza no tenían otra opción que la de acabar con estos monstruos enloquecidos a los que antaño llamaban amigos.
• De los comentarios de Lun Ouran:
Muchos se niegan a hablar de ello, pero cuando
la Augusta Personalidad de Jade comenzó a maldecir a los Wan Xian, quedaban en el mundo cuatro de los primeros inmortales elegidos. Tres de
ellos entraron en el cielo antes de que la maldición estuviese completa, y así se salvaron. El cuarto, Bao Zhong, entró en Yomi Wan en vez de en
el cielo, y se salvó también así, o eso parecía.
Bao Zhong libró varias batallas contra los Reyes
Yama y los siervos de estos. Tras incontables
años de lucha, se declaró él mismo como Rey
Yama, y su nuevo reino era el Infierno de la Tristeza Inmortal.
Recordad siempre que incluso los más grandes pueden caer. Sin embargo, Lu Feng debería
ser cauteloso en sus escritos. La mención a los
hijos carece de tacto e iluminación. No repitáis
nunca estas historias, es mejor que permanezcan en el pasado.
• De los comentarios de Dan Xiang: No se aniquiló a todos los chih-mei. Creo que algunos de nuestros mayores, guiados por una compasión errónea, llevaron a sus antiguos amados a los bosques o bajo tierra para no tener que matarlos. Muchos de esos monstruos aún sobreviven. Algunos han alcanzado el autocontrol, mientras que otros, alocados, buscan venganza o algún tipo de aprobación por parte de sus antiguos camaradas. Sin embargo, otros se han convertido en vehículos para las maquinaciones de los Reyes Yama contra el mundo mortal. Los Reyes Yama han hecho de la rabia de estas bestias un instrumento durante los últimos siglos. Son bestias peligrosas, y he perdido a dos de mis compañeros a manos de ellas.
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