Los humanos que los veían sabían que eran privilegiados por poder vislumbrar a los siervos de los cielos. Los nobles y magistrados hsien, los kamuii, quedaron a cargo de los cinco elementos. Sus siervos, los hirayanu, adoptaron forma de animales tal y como era necesario para llevar mensajes y desempeñar otras tareas que se les exigían. El inaudito abuso de poder por parte de los Wan Xian provocó cambios irrevocables. Los hsien, arrancados de su posición entre la burocracia celestial, se vieron obligados a tomar una decisión imposible entre proteger a los mortales y a la tierra o desobedecer las órdenes de hacer la guerra a los Diez Mil Inmortales. De este modo, los hsien lucharon entre si, contra los Wan Xian e incluso contra los humanos a los que se suponía que debían servir. Los sabios y eruditos hsien han discutido sobre los aspectos buenos y malos de este asunto desde el cambio de Edad, pero hasta las adivinaciones más meticulosas y las maniobras filosóficas más apasionadas no han bastado para determinar qué estrategia podría haber evitado la tragedia que se cernía, si es que tal cosa era posible.
La decisión de la Augusta Personalidad de Jade no fue repentina, pero fue definitiva. Separó para siempre el plano físico del espiritual, y despojó a los hsien de su habilidad para llegar a este último desde el Reino Medio. Para vergüenza eterna de los hsien, la Augusta Personalidad también exigió que llevaran formas adoptadas de los mortales, vinculándoles así con ellos. Los hsien siguen siendo inmortales, pero cuando muere el cuerpo que ocupan, deben buscar otro en el que cobijarse. La terrible justicia de esta decisión no estaba clara de inmediato, pero los hsien pronto se dieron cuenta de que para protegerse a si mismos de los ataques tendrían que proteger también a los humanos. Esta era una tarea más difícil que nunca. Los Diez Mil Demonios se sumaron a la lista de depredadores de la humanidad. De este modo, los hsien y los Wan Kuei tornaron caminos separados. Los hsien se han dividido en tres grupos, identificables por los Wan Kuei. En el tiempo que siguió a sus castigos, todos estos grupos lucharon por encontrar un modo propio de enfrentarse a su situación de desamparo y poder reducido. Estos grupos son los Shinma, los Daityas y los Kura Sau. Aunque el término que los incluye a todos es el de hsien, se suele usar el de Shinma para referirse sólo a los que aceptaron el castigo divino.
El Wu Tan en una Lección
Para aquellos que prefieran no tener que referirse constantemente a La Tierra de los Ocho Millones de Sueños para crear hsien con los que se pueda encontrar su wu, se ofrecen equivalentes. Cada una de las Disciplinas elementales del Dios-Cuerpo (Shintai) pueden similar a la Alquimia apropiada de un modo bastante admirable. El Narrador puede adaptar los números de dificultad requeridos para usar los poderes del Dios-Cuerpo de modo que quede reflejada la naturaleza del hsien. Reducir la dificultad del Dios-Cuerpo de la Tierra al interpretar a un Komuko sería una opción bastante razonable, así como aumentar o reducir la dificultad al invocar los poderes del Dios-Cuerpo según la cantidad del elemento correspondiente que se encuentre en las proximidades. Los hsien también pueden usar una sexta Alquimia, derivada de su Filosofía del Tao Te Hsien. La "alquimia interna", llamada Nei Tan, se concentra en lo relativo al alma, La Disciplina Chi de Tapiz es bastante útil a la hora de estimularla.
La habilidad de los hsien de comunicarse con los elementos no requiere mucha más documentación. Simplemente, los elementales se sienten inclinados a ser educados y amistosos con los Shinma cuando estos no les dan razón alguna para ser hostiles. Los Shinma que posean al menos un nivel de un Dios-Cuerpo elemental pueden comunicarse con los elementales guardianes de los mundos espirituales o, en menor grado, con las sustancias elementales que conforman el mundo natural. Los Shinma con dos niveles de un poder de Dios-Cuerpo pueden dar órdenes también a los elementales, además de otros poderes otorgados por el Dios-Cuerpo.
Los Wan Kuei y el Alma Elemental
La habilidad de los hsien de controlar el alma elemental hace que los Wan Kuei tengan cuidado en presencia de ellos. Para un moral normal, una reducción mediante Yin del alma de fuego (que no debe confundirse con la naturaleza de los Wan Kuei), simplemente provocaría en él una noche de insensatez lujuriosa. Para un Wan Kuei, cuya naturaleza a menudo se equilibra de un modo extremadamente cuidadoso, esta misma pérdida repentina le haría caer inmediatamente en la Naturaleza de la Ola. Si se intenta ejercer este poder, se requiere una tirada confrontada. El Narrador tira por el Chi Yin o Yang del hsien, más el Dios-Cuerpo correspondiente del Wan Kuei (o Alquimia, en caso de usar La Tierra de los Ocho Millones de Sueños), y el jugador tira por Fuerza de Voluntad. La dificultad de esta última tirada se ve afectada por el grado de corrección del desafío de lama del hsien: extinguir la naturaleza de metal de un mentiroso descarado o inflamar la naturaleza de agua de alguien que acabe de traicionar a un compañero, resulta más fácil debido a la situación del momento. Si no se consigue resistir un ataque basado en Yang, el Wan Kuei debe hacer una tirada inmediata de Naturaleza. Incluso si se usa sin éxito este poder, basta para convencer al Wan Kuei de dejar tranquilo al hsien en el futuro.
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