A causa del modo en que los Reyes Yama arrancaron partes de otros reinos y los fundieron en el suyo, el Mundo Yomi es como un cuerpo hecho de piezas desmembradas de otros muchos, y ni siquiera la mejor costura puede hacer que la mano de un hombre se adapte perfectamente al brazo de una niña pequeña. Esas áreas de fallos en el telar del que se compone el infierno son llamadas cicatrices. Parecen ser grandes roturas en el reino, como las formadas cuando el agua se convierte en hielo demasiado rápido. Algunas de ellas son estables y puede edificarse a su alrededor, pero otras son fluidas y frágiles como un chal de seda a merced de un fuerte viento.
Cuando una cicatriz móvil cruza un área la distancias se expanden y contraen, los edificios y otros objetos (incluyendo a los individuos) se funden unos con otros, los túneles se derrumban, la gente desaparece, las cañerías se doblan los utensilios tecnológicos se estropean o se descontrolan y la tortura se convierte en un estancamiento del caos. Una total violencia, disturbios y pillaje son la consecuencia del paso de una cicatriz hasta que los reyes Yama se enfadan, punto en el cual la tortura comienza y todo vuelve al carril de existencia que debe llevar en el infierno. Las cicatrices son la principal razón para que los Reyes no se hayan adaptado tan rápidamente a los tormentos tecnológicos ya que cuando una cicatriz pasa por una zona llena de aparatos de alta tecnología que inducen el dolor, el señor del dominio puede perder el equipo tecnológico de tormento que valdrían cientos de almas.
Ciertas regiones del Yomi, particularmente aquellas que fueron anexionadas durante la Recolecta Gozosa, forman un denso laberinto de cicatrices cambiantes y, como resultado, son prácticamente inútiles; pero los Reyes Yama se preocupan más por la cantidad, y no la calidad, de los reinos que roban. Esas tierras baldías repletas de cicatrices son los refugios de muchos de los akuma fugitivos, chih-mei y de los movimientos de resistencia de corta vida de los sucios e imprudentes que esperan poder destruir a un Rey Yama u otro. La densa masa de distorsiones de la realidad en esas zonas proporciona refugio de los demonios, pero no de mucho más. Los mismos Reyes Yama evitan por lo general esos lugares, porque las cicatrices también debilitan sus conexiones con las Líneas Dragón que les proporcionan su poder infernal. Con cicatrices o sin ellas, los Reyes Yama se enmascaran como dioses en sus propios reinos y debido a esto, las cicatrices les recuerdan que todo paraje, infernal está corrupto y ha sido robado.
Población
Aunque las cicatrices rasgan el paisaje en algunos lugares, y ciertos infiernos pueden estar desequilibrados hacia el Yin o el Yang, la mayor parte del Yomi es un conglomerado de los mundos de los espíritus y de los Muertos Sin Descanso donde los peores elementos de ambos lados caen bajo el dominio de los Reyes Yama. Es el único lugar donde uno puede ver Espectros y Perdiciones luchando en fosos como perros de pelea mientras que sus amos demoníacos observan desde pabellones de plata y realizan apuestas respecto al resultado. Debido a que combina elementos tanto del mundo de los espíritus como del de los muertos se puede encontrar cualquier criatura, tanto vagando por allí como siendo atormentada. Todo tipo de shen de ambos mundos pasa por este lugar con recados para los Reyes Yama. Otros terminan aquí debido a un desequilibrio kármico. Los Reyes Yama dan la bienvenida a cualquier criatura que conozca el dolor.
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