Coágulo tras coágulo, el Yomi crecía. Añadiendo nuevos territorios, los Reyes Yama aumentaban su poder personal, su capacidad para afectar al Reino Medio y el potencial de que uno de ellos se transformara en el Emperador Demonio. Cada nueva conexión o punto débil entre el mundo mortal y el de los demonios le proporcionaba a estos señores nuevos canales por medio de los cuales infligir su voluntad sobre el Reino Medio y hacer metástasis en un nuevo terreno.
No todos los medios que tiene el Yomi de crecer son tan dramáticos como el de corromper habitaciones del palacio del Emperador de Jade y arrancarlas. 
Un método lento pero estable es la acumulación de objetos que provienen de los grandes vientos fantasmales. Los vientos de la Tempestad son lo suficientemente fuertes en algunos sitios del Mundo Yin como para barrer prácticamente todo a su paso, pero se debilitan al pasar cerca del Mundo Yomi propiamente dicho. Al perder energía dejan caer sus contenidos en el harapiento fin del mundo demonio. Hay algunas regiones cercanas al camino de Ébano donde del oscuro cielo tormentoso caen extraños objetos casi continuamente. Arena, reliquias, plasma, Espectros y Wraiths han sido expulsados de la Tempestad al Yomi para ser recolectados, ignorados o para tratar con ellos. Los Reyes Yama, y posteriormente sus administradores, sólo prestan una atención mínima a esos utensilios, a menos que éstos llamen la atención por sí mismos. A lo largo del tiempo, una argamasa sólida de arena y plasma cementa los objetos más grandes, produciendo un conglomerado duro y confuso. De este forma, en algunas partes del Yomi se crea nuevo terreno por sí mismo y, por cada metro que el mundo de los demonios avanza, los vientos de la Tempestad retroceden en igual medida, causando que la lluvia de los objetos sea un poco más lejana y expanda el lugar un poco más. Durante los Grandes Maelstroms, la cantidad de objetos que llueven del cielo es tal que el Yomi gana unos cuantos metros cada día. Ha pasado el suficiente tiempo en las dos últimas eras para que casi cualquier cosa pueda quedar encasillada en el extraño sedimento del Infierno, esperando silenciosamente a ser extraído y traído de nuevo, aunque quizá mutado de alguna manera imprevisible.
Aunque los Wan Xian ya no existían, el Reino Medio no estaba completamente a merced de los hambrientos Reyes Yama. Un grupo de fuerzas tanto del Mundo Yin como del Yang mantenía a estos señores demoníacos a raya para que no repitieran los hechos de gruesa manipulación que crearon el Yomi por primera vez. Sin embargo, esas defensas modernas no son tan efectivas e inherentemente nobles como los Inmortales de antaño. Aún más, un shen que sea un formidable enemigo siempre será un mejor utensilio si un Rey Yama desea subvertir tan noble oponente. De vez en cuando uno de los señores demoníacos desea logra una gran hazaña en el Reino Medio y la mancha del Mundo Yomi se hace más y más grande.
El Yomi Wan han sufrido dos grandes aumentos desde las violaciones iniciales de los mundos espirituales arriba y abajo del Reino Medio. Cada vez que el mundo demoníaco crecía el aumento del poder de sus soberanos se manifestaba en las tierras mortales antes o después.
El mayor aumento del Mundo Yomi, sin embargo, no fue instigado por los Reyes Yama, y resultó en la creación de la Senda Escarlata que une el Yomi con el mundo de los espíritus. Cerca del ecuador de la Tercera Edad del Gran Ciclo, todo el Cielo se sacudió a causa de una agresión inesperada. El Dragón del Equilibrio y la Armonía cayó en el telar celestial donde fue tejido el tapiz del Reino Medio, y las consecuencias fueron fatales. El Dragón se había estado preparando para bendecir el tapiz, pero se acercó demasiado y fue absorbido por el escarpado poder de su necesidad. Maniatado en las hebras infinitas, el Dragón rugió y comenzó una lucha violenta que resonó a través del mundo espiritual. El caos resultante destruyó la ordenada trama de la creación y, como consecuencia, el tapiz quedó casi destrozado. En sus luchas de dolor y pánico, el Dragón desordenó la trama del universo, golpeando una gran porción del Mundo Espiritual directamente hacia el Yomi, conduciéndose de manera impropia a como debería ser uno los Grandes Dragones del Cielo, y perdiendo su credibilidad ante la Augusta Personalidad de Jade y los otros entes celestiales. Desde aquél, el más poco auspicioso de todos los momentos, el Dragón del Equilibrio y la Armonía se retiró lleno de vergüenza, dejando sólo desequilibrio y desorden en todo el Cielo y, consecuentemente, en el Reino Medio.
Similares, aunque diferentes, son las historias que narran los Kuei-jin de la Corte de los Truenos Infinitos de la India, que hablan de tres dioses: Brahma, el creador, aquél que es una eterna fuente de energía y forma; Vishnu, el preservador, aquél que recoge y protege los elementos de la creación que son más excelsos en forma y virtud; y Shiva, el destructor, cuya danza es destrucción y que con su baile causará que el mundo desaparezca cuando la Gran Rueda de las Edades pare de girar. Los Kuei-jin de la India afirman que la gran desestabilización del mundo espiritual fue causada cuando Vishnu, cegado por la visión de la cruda posibilidad durante tanto tiempo, e incapaz de discernir claramente lo excelente de lo engañoso, empezó a preservar todo lo que tomaba de Brahma. El universo se llenó rápidamente con toda clase de cosas, haciendo creer a Shiva que había alcanzado su capacidad y había llegado el momento del primer mudra, o postura, de su danza final. Este terrible primer paso de baile envió los truenos iniciales al mundo espiritual y, aunque Shiva inmediatamente se dio cuenta de su error, el terrible e infinito trueno reverberante surgido de ese paso llenó a todo el universo con la energía de la destrucción.
Haya sido causada la agitación bien por el disparate del Gran Dragón, bien por el primer paso de Shiva, el resultado final fue el mismo. Reinos enteros del Mundo Yang se derrumbaron y cayeron al infierno para ser conquistados por los oportunistas Reyes Yama.
Esos reinos eran bastante diferentes de aquellos que fueron utilizados para crear el Mundo Yomi. No habían sido corrompidos y arrancados del Mundo Yang antes de empezar a formar parte del infierno, y aún permanecían fuertemente conectados a su mundo de origen. Aunque habían sido retorcidos más allá de toda posibilidad de reconocerlos, esos lugares sobrevivieron y la mayoría de ellos están conectados a lo más corrupto del Mundo Yang, llamado Malfeas en las tierras occidentales. El fino tejido, lleno de ampollas, que conecta esos dos malsanos mundos se llama la Senda Escarlata y tiene la curiosa propiedad de introducir a aquellos que la caminan desde una situación mala a otra peor, sin importar en qué dirección viajen.
A pesar de que ambos son lugares de maldad y tormento, las afinidades entre el Mundo Yomi y el Reino conocido como Malfeas no están en disputa, aunque algunos estudiosos afirman que uno podría ser parte del otro. Sin embargo, el Yomi es diferente de Malfeas en cuanto está compuesto por un número casi infinito de pequeños infiernos y ha sido fabricado con el tomo tanto del Mundo Yin como del Yang. No pertenece a ninguno de los dos mundos pero contiene elementos de ambos, con la corrupción como única constante.
La anexión a gran escala más reciente ocurrió en dos días distintos en Agosto de 1945, en la época que fue bautizada por los Reyes Yama como la "Recolecta Gozosa." Grandes porciones de los parajes espirituales de Japón fueron profanadas instantáneamente por una marea de dolor y horror de enormes proporciones, y lanzadas con una explosión directamente al Yomi Wan debido a las detonaciones atómicas que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial. El Rey Yama Pika Don entró inmediatamente después en el Mundo Yin intentando cosechar las grandes cantidades de Chi corrupto de las tierras circundantes para usarlo en su guerra particular contra Emma-o; sin embargo, las cosas no fueron como él pretendía ya que, después de haber ingerido sólo una pequeña parte de esa energía, cayó
en un profundo sopor de pesadilla en el que continúa hasta la fecha. Este asunto puso nerviosos a los otros señores infernales ya que, si Pika Don está absorbiendo el Chi contaminado de Hiroshima mientras duerme, estará tan hinchado que será capaz de despertarse al llegar el ocaso de la Sexta Edad y reclamar el título de Emperador Demonio sin que los demás soberanos puedan presentar una oposición eficiente. Pero si, por otra parte, Pika Don ha caído enfermo o dañado de alguna manera por la energía espiritual que ha consumido, los señores del infierno deberían empezar a ser más cuidadosos respecto al tipo de polución astral que devoran.
El siglo XX ha resultado ser un enorme festival para los Reyes Yama, un preludio delicioso a la Sexta Edad. El número ingente de guerras y atrocidades asociadas con las mismas que se han dado en el Reino Medio, particularmente el Sudeste de Asia, les está proporcionando Chi corrupto por el dolor para que lo devoren y grandes cantidades de territorio que anexionar. Tales golpes de suerte han permitido que el Yomi Wan crezca a un nivel que no había sido visto desde las ganancias inesperadas de la Tercera Edad. Cada bacanal de tortura y bombardeo de napalm refuerza la sujeción que estos señores tienen sobre el mundo, y aceleran la llegada del día de la coronación del Emperador Demonio.
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