• Físicos: Fuerza 2, Destreza 3, Resistencia 4 (Duros de matar)
• Sociales: Carisma 3, Manipulación 3, Apariencia 1
• Mentales: Percepción 3, Inteligencia 3, Astucia 3
• Talentos: Alerta 3, Atletismo 1, Callejeo 2, Esquivar 4 (cobardes), Empatía 2, Expresión 2, Intimidación 2, Pelea 2, Liderazgo 2, Subterfugio 3
• Técnicas: Armas de Fuego 1, Armas Cuerpo a Cuerpo 2, Conducir
2, Etiqueta 3, Pericias, 3(buscar "cosas prestadas"), Sigilo 4 (la Ciudad Subterránea), Supervivencia 4 (la Ciudad Subterránea).
• Conocimientos: Finanzas 2, Investigación 1, Leyes 2, Lingüística 1 (mandarín), Informática 2, Ocultismo 2 Política
3, Rituales 2
• Disciplinas: Auspex 1, Potencia 1, Protean 2, Shintai de Hueso 1, Viento Negro 2
• Trasfondos: Recursos 1
• Hun: 4, P'o: 6, Yin: 6, Yang: 4, Fuerza de Voluntad: 6
• Niveles de Salud: 0/-1/-1/-2/-2/-5/Incapacitado
• Cita: "¡Oye, tú! ¿Buscas a alguien? ¿Buscas a Dios? Quizá te
gustaría encontrarte con él."
• Apariencia: nadie sale de la Ciudad Infame. La mayoría rebotan entre las calles y el trabajo servil hasta que, finalmente, se desgastan (y, poco después, desaparecen). Pero, para aquellos que consiguen abrirse camino a través del trabajo penoso y brutal, el destino inevitable es mucho peor. Desprovistos de su posición, sin soporte de mantenimiento para sus implantes cibernéticos tan codiciados, esos caídos administradores son un objeto de risa para cada habitante de la urbe que piensa que puede desmontarlos. Los únicos caídos que duran lo suficiente son aquellos que se marchan a la Necrópolis Shinjuku, donde forman una subcultura furtiva.
Allí, los implantes de esos refugiados son parchados con cables pelados, y sus tendones sintéticos son reemplazados con ligamentos humanos secos. Esos seres feroces aun se adhieren, a la manera de un adorador, a las trampas del sistema corporativo en el que una vez lucharon por ascender. Se organizan en bandas llamadas Divisiones, y son liderados por Presidentes y Vicepresidentes; esas criaturas miserables escatiman a duras penas su existencia tenue en los túneles de la Ciudad Infame. La mayoría pasan los días evitando a los demonios de Hierro y Violencia, y asaltando a los habitantes más afortunados del infierno de Mikaboshi para conseguir material electrónico, carne fresca, tarjetas de débito y otras cosas vitales para la supervivencia. Algunos, sin embargo, se entretienen con planes de huida y muchos de los más decididos consiguen escapar a otros infiernos del Yomi o incluso recibir el Segundo Aliento.
• Posesiones: un hacha fabricada con un cristal roto de las
alcantarillas atada a una vara de hierro, armadura fabricada
con periódicos viejos y vieja cinta eléctrica
negra (un dado de protección), sierra industrial y una gran variedad de bolsas de plástico para almacenar capturas especialmente deliciosas.
• Sugerencias de interpretación: algunos oscilan entre el degenerado caníbal y un MBA (Master en Administración Comercial), y son lo más bajo de lo bajo. Muchos venderían a sus madres a los Palacios de Geishas de Mikaboshi sólo por que se les devolviera a sus antiguos puestos. El resto la venderían por dos libras de carne humana fresca y un puñado de cargadores de pistola.
• Nota para el Narrador: si los jugadores logran convencer a esos salvajes que hacer picadillo a Kuei-jin y comérselos mientras duermen no es el mejor curso de acción, pueden representar un grupo excelente en el que esconderse para aquellos que estén huyendo de las tropas de Mikaboshi. Si uno se acerca de manera acertada, los habitantes del submundo puede resultar unos esbirros útiles, aunque no de mucha confianza, ni cordura.
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